Todos soñamos por las noches, pero en contadas ocasiones somos capaces de recordar lo soñado, que se suele limitar a los momentos más próximos al despertar. Este curioso antifaz está provisto de unos led que se iluminan siguiendo diferentes patrones, al detectar la fase MOR (movimientos oculares rápidos o REM por sus siglas en inglés) en el sujeto dormido. Ello, al parecer, facilitaría recordar posteriormente el contenido de lo soñado o incluso poder soñar con la conciencia de que se hace, al más puro estilo de la película protagonizada por Di Caprio. La cosa del soñar llamó la atención a los hombres desde hace muchos siglos y se inmortalizó en la literatura con la obra de Calderón, más amable que el grabado de Goya en el que la ensoñación produce monstruos, sin saber muy bien porqué, aunque la aguda imagen del lince revele que no todo resulta estúpido en el hombre dormido. Controlar el sueño, hacerlo semiconsciente, sería el mayor éxito para los fabricantes de ilusiones embotelladas en circuitos imposibles, porque nadie desearía más fervientemente otra fantasía que la de sus propios sueños.
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