En un edificio histórico en pleno centro de Melbourne se encuentra este apartamento de 75 metros cuadrados. El estudio Clare Cousins ha sido el encargado de llevar a cabo la renovación de este apartamento para una joven familia. Tres de las cuatro paredes tienen grandes ventanas, esto hace que el espacio esté bañado por luz natural en su totalidad. Esta luminosidad junto con la altura de los techos crean un espacio amplio y luminoso. En lugar de construir muros se utiliza madera contrachapada para delimitar los espacios, en concreto un par de habitaciones para la pareja y para el hijo que esperaban. La cocina y el salón comparten un único espacio diáfano. La cocina consta de un frente de almacenaje y un lateral de encimera, todo fabricado con madera contrachapada y con una encimera blanca. Las dos habitaciones se han construido con muros de madera, que además de conformar los espacios crea una gran estructura de almacenamiento. La habitación del bebé es pequeña, únicamente para una cama. La habitación de la pareja esta diferenciada en altura del resto por un par de escalones y se separa del salón por tres puertas correderas de colores pastel.
Una escalera de madera nos conduce a un altillo, en el que podríamos colocar una tercera cama, ¿no creéis? Por su parte un sillón delimita la zona del salón y la del comedor-cocina. En el salón un precioso aparador de estilo danés. Detrás del sillón nos encontramos una mesa redonda acompañada con cuatro sillas negras metálicas muy básicas que integran el comedor. Por último un baño con azulejos blancos de diferentes medidas con grifería dorada (es lo único que no me gusta, reconozco que tengo un problemilla con el dorado). Un espacio sencillo con paredes blancas y suelos de madera convertido en todo un apartamento de dos habitaciones, todo gracias a una estructura de madera que consigue separar los espacios de una bella manera al mismo tiempo que lo dota de un gran espacio de almacenaje.