Sí, apenas 45 metros y sin embargo, al ver las imágenes, casi cuesta creerlo. La razón principal es la altura del techo, que ha permitido crear un altillo sobre el dormitorio principal, anexo al salón. Por otra parte, el blanco puro de las paredes hace que la luz que entra por el ventanal llegue a todos los rincones, además de ser el lienzo perfecto en el que el gris y especialmente el negro, definan y enmarquen cada ambiente