Aparte

El arte constituye un acto de comunicación entre el acto o el hecho artístico y aquel que lo contempla. Los interpretes deberían ser, a falta de mayor talento, los porteros del museo, aquellos que facilitan el acceso del público por sí mismo a las salas donde la obra es expuesta. Un interprete más cualificado te dirá donde está cada cosa, encenderá las luces y, evitando aglomeraciones, te dejará contemplar tranquilo la obra. Ya si fuera un creador la obra sería suya, y si fuese un genio la construiría ante tus ojos y te metería dentro.

Qué privilegio poder interpretar obras maestras, con no hacerlo rematadamente mal, pues cuanto mas potente es la obra mayor es el margen de error, abrirá el interprete una rendija por la que brotará pura la obra cruzándose probablemente con la curiosidad, las ilusiones y los recuerdos de alguno o de muchos de los que la desean, la conocen o la intuyen de entre el público.Actor, actriz, cantante, director… gracias por traernos la ambrosía, el alimento de los dioses, ojalá lo sea; si da para ser comido por tantos, tantas veces, desde hace tanto tiempo, lo será. Apártate gentilmente y déjanos mojar siquiera los labios, no vaya a producirse la catarsis de la que todos tenemos noticia ancestral, la que se produjo en el acto creativo de nuestra propia concepción, y que tanto anhelamos desde entonces.
Una catarsis que libere nuestro ser más esencial, más puro, más intimo; ese que es capaz de viajar y hasta habitar en cualquier sitio. ¿Estamos preparados para trascender así?, preparados es posible, dispuestos todavía no. Acaso si alguien lo hiciese ante nosotros. Si viésemos el amor del que surgen todas las cosas por una mísera rendija, nos citaríamos allí tú y yo, y ellos.