Revista En Femenino

Aplicarse el cuento ¿para cuándo?

Por Titiroca

No hace mucho tuve una conversación con mi pequeña dictadora, rabieta incluida, y, tratando de razonar con ella, me he dado cuenta de que la teoría me la sé perfectamente pero... eso de aplicarse el cuento... ¡ cómo que no! ¿Por qué? ¿Por qué no nos aplicamos lo que decimos?

Aplicarse el cuento: se utiliza para indicar que alguien debería aplicarse o tomar el consejo, la moraleja o la lección para sí mismo.

Ella estaba ojeando una revista de la Patrulla Canina cuando ha llegado a una hoja de juguetes y ha empezado a decir que quería una casa de la Patrulla. No podía ser algo pequeñito ni barato, nooooooo. ¡Una casa! Pues ha empezado el numerito cuando le he dicho que no, que no puede tener todo lo que quiera, que ella ya tiene juguetes, de los cuales pasa, y que debería apreciarlos más, porque además hay niños que no tienen, en vez de cada vez querer más y más cosas en plan niña consentida y caprichosa.

Aplicarse el cuento ¿para cuándo?

En ese momento, yo creo que sólo escuchó lo de que no iba a tener la casa de la patrulla, empezó a aumentar el tono de la rabieta y sus aspavientos correspondientes. Convirtiéndose en la niña del exorcista en 5, 4, 3, 2...

- Hija, tienes dos opciones: seguir gritando y que la casa siga sin aparecer o dejar de gritar y llorar y, en casa, jugar con los juguetes que tienes que son bien chulos.

Pues... ha funcionado!! Siiiiiiií! Me ha mirado con cara de asombro y se ha puesto a ojear otra hoja, pero esta vez sin juguetes, a Dios gracias.

Aplicarse el cuento ¿para cuándo?

Mientras se lo decía, pasaban por mi cabeza la cantidad de veces en las que me ha pasado a mí lo mismo. A otro nivel, claro está. Pero que han conseguido amargarme el momento en vez de aplicarme el cuento y disfrutar de lo que sí tengo.

Aplicarse el cuento ¿para cuándo?

    ¡No corras!! Que no hay prisa, despacio, con calma... cuando luego yo soy la primera que voy corriendo a todos lados como pollo sin cabeza. ¿Por qué? Las prisas no traen nada bueno. Es mejor hacer las cosas despacio y sintiéndolas que de forma automática o como si llegases tarde siempre.
Aplicarse el cuento ¿para cuándo?
    No te enfades, cariño, porque al final lo pasas mal y no merece la pena por una tontería, piensa en el día tan divertido que hemos pasado, no te quedes con un detalle únicamente. ¿Y la de veces que nos hemos quedado con lo que ha salido mal en vez de ver el resto? No se trata de ver las cosas de color rosa y con purpurina, pero si de no focalizarnos en lo negativo, porque si nos empeñamos en buscarlo siempre encontraremos alguna pega.
    Amor, no te tires al suelo para jugar que te manchas y vas a coger frío... a la mierda lo que socialmente esté bien visto, ya es hora de hacer lo que sientas aunque ello implique que te miren mal por no hacer lo correcto o lo que se debe hacer. Hay que pensar más en uno mismo que en las opiniones de los demás.
Aplicarse el cuento ¿para cuándo?
    Hija, si algo no te gusta o no quieres dilo, no hagas lo que no quieres... y lo que nos cuesta a los adultos poner límites por evitar enfrentamientos o momentos incómodos... pues eso se debe acabar. Poniendo límites reforzamos nuestra autoestima y nos demostramos que nos queremos a nosotras mismas, que nadie nos hace sentir pequeñas.
    Cariño, venga, a recoger los juguetes que no es hora y hay que dormir... ¿Hace cuánto que no disfrutamos tanto del lo que hacemos olvidándonos por completo del tiempo? ¿Hace cuánto?
Aplicarse el cuento ¿para cuándo?

Sí, decirlo es más fácil que hacerlo, pero no podemos educar de una forma mientras actuamos de otra. Y si lo que decimos es pensando en lo mejor para nuestros hijos... también es lo mejor para nosotros ¿no? Pues ¡¡A APLICARSE EL CUENTO!!


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