Hace diecisiete años, cuando los muertos vivientes no estaban tan de moda, y las pandemias sonaban a ciencia ficción, el gallego Manel Loureiro conseguía publicar un impactante e inquietante libro surgido a raíz de su blog personal. Una obra tan relevante, precursora del subgénero zombi en nuestro país, merecía una adaptación cinematográfica a la altura, y aunque se ha hecho esperar, podemos afirmar que lo está. Para empezar, es palpable el cariño y el respeto hacia la novela original, y su puesta en escena, sin contar con millones dólares a sus espaldas, traslada la angustia y la escalada hacia el Armagedón de manera impecable, mérito de un excelente trabajo de dirección y un gran trabajo de fotografía. Como ya sabemos, los libros escritos y protagonizados por Manel, son una trilogía, por lo que la película deja una enorme puerta abierta para una secuela, que si funciona esta primera entrega, y ojalá así sea, nos llegará tarde o temprano, a menos que un apocalipsis lo impida.
Mi puntuación: 7/10