Revista Opinión

Apócrifos, cine y literatura

Publicado el 17 febrero 2020 por Carlosgu82

Los Hechos de Pedro constituyen el apócrifo más fecundo y afortunado. De ellos surgió la idea de que san Pedro fue crucificado en Roma cabeza abajo (el dominio del obispo de Roma sobre la Iglesia deriva de allí), el duelo entre Pedro y Simón el mago -que originó el filme El cáliz de plata, debut de Paul Newman- y hasta un Premio Nobel de Literatura para Polonia. El polaco Enrique Sienckiewicz escribió la célebre novela Quo Vadis, que a su vez originó el exitoso filme homónimo interpretado por Robert Taylor y Deborah Kerr. Tras la muerte de Simón el mago, Nerón ordena la crucifixión del apóstol Pedro. La gente se opone y hay amenaza de revuelta. Pero Pedro la calma al contarles que, cuando intentó salir de Roma encontró en el camino a Jesús y le preguntó: Quo vadis, domine? (¿Adónde vas, señor?). El Maestro le respondió: A Roma, a ser crucificado de nuevo. Pedro entendió que Cristo necesitaba ser crucificado en la persona del apóstol y que, si este huía, Jesús sufriría una segunda crucifixión. Por eso Pedro volvió a Roma y aceptó su ejecución. Obviamente, todo es parte de la leyenda dorada (nombre de la obra de Eusebio de Cesarea) en la que se relatan los viajes misioneros de los apóstoles, como por ejemplo, el de santo Tomás a la India. En realidad, nadie sabe cuál fue el itinerario de cada uno de los apóstoles tras la muerte de Cristo e incluso existen flagrantes contradicciones, por ejemplo, mientras Los Hechos de los Apóstoles afirman que Santiago murió en Jerusalén, su sepulcro es lugar de peregrinación en Galicia, España (Santiago de Compostela) y tema de una novela de Pablo Coelho, El Peregrino de Compostela.


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