Apología de los escombros

SAN ANDRÉS. Dirección: Brad Peyton. Guión: Carlton Cuse (historia de Andre Fabricio y Jeremy passmore) Fotografía: Steve Yedlin. Música: Andrew Lockington. Intérpretes: Dwayne Johnson, Alexandra Daddario, Carla Gugino, Paul Giamatti, Hugo Johnston-Burt, Art Parkinson, Ioan Gruffudd, Todd Williams, Will Yun Lee.
 Hay películas que parecen predestinadas a ser vapuleadas por la crítica y al mismo tiempo constituir un éxito de taquilla; "San Andrés" es, sin duda, una de ellas. Este filme que lleva el género de catástrofes hasta el paroxismo, se acaba de estrenar y ya cuenta con un buen número de críticas funestas por parte de la prensa. Sin embargo, eso no va a impedir que millones de personas acudan a las salas para ver unos impresionantes efectos visuales. Por esta razón, quien pague una entrada esperando un buen número de secuencias espectaculares con rascacielos derrumbándose, la tierra agrietándose o gigantescos tsunamis, pues no hace falta que siga leyendo, porque de eso va a encontrar de sobra. Pero... ¿Y si aportara algo más?¿Y si además tuviera un guión con buenos diálogos y situaciones ingeniosas; personajes bien matizados o una dirección que imprima emoción a cada escena?
Dwayne Johnson,  alias "The Rock"
Alexandra Daddario.
 Lamentablemente, no hay sorpresas agradables en este aspecto: el guión es una historieta simplona y muy previsible; ningún intérprete, ni siquiera Paul Giamatti, nos dejará impresionados y , en general, salvo en su secuencia inicial y en muy pocas más, hay una falta bastante alarmante de tensión y emoción. Todo parece sucumbir ante ese poderío visual que supone ver la destrucción literal de las ciudades donde transcurre la película.



Así pues, cuando uno se percata de que, efectivamente, va a ver lo que esperaba, rápidamente se deja llevar durante un buen rato por el espectáculo palomitero de "San Andrés". Pero esta vez, la acción por la acción no me acaba de llenar, como sí ocurrió, por ejemplo, en la reciente "Mad Max". Por esta razón, a la quinta frasecita lapidaria de su protagonista y al enésimo rascacielos que se hace añicos, empiezo a estar saturado de tanto escombro y de alguna de esas mentiras típicas del género que dan risa cuando no lo pretenden. Para colmo, nos brindan ese broche final con la consabida bandera norteamericana ondeando intacta sobre un caótico y arrasado paisaje. En fin, advertidos estáis.

CALIFICACIÓN: 4-5