Revista Coaching

¿Aportas o remas?

Por Candreu
¿Aportas o remas?Entre otras sesiones, esta semana, he participado en la convención de un equipo de ventas de una importante compañía. En la comida que siguió a mi intervención, el director me contaba que por la tarde, que se iban a dedicar a "asuntos internos", iba a presentar un ambicioso plan de cambios y mejoras en la manera de trabajar de su equipo. Se sentía inseguro y con miedo de que la gente optara por la "crítica destructiva" y que la cosa no saliera bien.

La causalidad quiso que en ese momento en la televisión que había en el restaurante, aparecieran unas imágenes de unos helicópteros de la Guardia Civil llevando alimentos y medicinas a los habitantes de algunos pueblos del norte que llevaban días aislados por la nieve del último temporal. Y entonces me acordé de está historia que me contó mi amigo Julio:

Olaf era un experto capitán de barco vikingo que tenía como misión fundamental aprovisionar de víveres una pequeña ciudad antes de que el crudo invierno la aislara. La zona quedaba incomunicada por tierra y por mar durante meses y por tanto ese viaje del otoño era el más importante de la temporada. Aquel año, el viaje se había convertido en toda una aventura, porque el milenario puerto de Nervik, donde solía aprovisionarse, había sido arrasado por el ejército enemigo.

Debía utilizar por tanto la ruta de Reyka, poblado situado a varias jornadas de difícil navegación, remontando el largo fiordo de Nork en medio de fuertes corrientes de aguas turbulentas plagadas de innumerables rocas sumergidas y de traicioneros remolinos. En definitiva, una travesía peligrosa. Olaf sabía que sólo con grandes dosis de pericia y atrevimiento conseguirían el objetivo, que era fundamental para la supervivencia del pueblo.Al acercarse a la entrada del fiordo, el capitán comunicó las instrucciones a la tripulación:- Nos aproximamos a la parte más difícil de nuestra travesía. Entraremos cerca de las rocas de la orilla norte. Milla y media más adelante viraremos hacia el centro del fiordo para evitar las corrientes laterales. Allí el vigía nos avisará de remolinos y de rocas. Venceremos la fuerza de la corriente adversa empleando toda nuestra fuerza, para alcanzar el delta desde donde conseguiremos una navegación más sencilla.Al oír aquello, Erick, uno de los marineros más experimentados, se levantó y dijo:- Capitán, no estoy de acuerdo con el plan. Todos sabemos que ahí dentro hay muchas rocas, que los remolinos no siempre se ven a tiempo, que en el tramo final la corriente es muy fuerte, tanto que ni todos los remeros y el viento a favor podrían garantizarnos el éxito. El barco tiene muchos años y el mástil no aguantará tanta presión.La primera reacción de Olaf fue ponerse nervioso ante la crítica. Estuvo tentado de sacar el látigo e imponer su criterio por la fuerza, pero Erick era uno de sus mejores hombres y seguramente lo que había dicho lo pensaban muchos otros. No tenía claro que su idea fuera la mejor, así que cualquier solución sería bienvenida, pero el barco, debía llegar a su destino lo antes posible, antes de que las condiciones atmosféricas empeorasen. Controló su ímpetu y dijo:- Conozco a lo que nos enfrentamos, y reconozco que mi plan puede fallar. Asumiré mi responsabilidad si algo saliera mal. Pero aún así, Erick, estoy dispuesto a escucharte ¿tienes una alternativa mejor para nuestro destino?El marinero se quedó pensativo. Hasta ahora sólo había expuesto problemas e inconvenientes. Y dijo:- Me gustaría dejar claro, Olaf, que si tuviera un plan no me atrevo a responsabilizarme de tomar una decisión tan comprometida- No te preocupes por eso, Erick, la decisión final será mía y yo asumiré por tanto la responsabilidad. Sólo te pido que ya que has planteado dudas, y tienes ganas de ayudar, nos propongas una solución. Ver los fallos en la idea de otros es fácil, pero aportar valor supone dar alternativas inteligentes.Erick guardó silencio durante unos segundos. Luego dijo:- Realmente no se me ocurre ninguna otra ruta sin riesgos. De hecho, confieso que no conozco bien estas aguas, así que no se acometer la travesía de forma más segura.- Amigo Erick -respondió Olaf- en ese caso, sigue buscando soluciones y si descubres alguna no dudes, ni tardes en aportarla, pero mientras tanto... ¡calla y rema con todas tus fuerzas!Es cierto que el capitán del barco puede provocar un naufragio si no escucha. Es cierto que la tripulación debe aportar alternativas junto a la crítica. Pero mientras tanto, hay que seguir remando. ¡Fuerte!.

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