El “estilo nórdico” se denomina así ya que es plenamente utilizado en países del norte de Europa tales como Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia. Por esto, también es frecuente que le denominen “estilo escandinavo”.
Por qué se caracteriza el estilo nórdico o escandinavo
Los diseñadores coinciden en considerar que este tipo de estilo de diseño de decoración se desarrolla a comienzos del siglo XX, siendo Carlo Larsson el diseñador que actualmente se lleva el mérito de marcar los puntos esenciales de este tipo de estilo. Esencialmente se basa en combinar bellos paisajes naturales, con tonalidades neutrales y mobiliario rústico que suele poseer una tendencia vintage (imitar líneas de épocas pasadas) e incluso cierto envejecimiento intencionado.
Claves para desarrollar un estilo escandinavo en nuestro hogar
Para que sea un estilo plenamente escandinavo o nórdico, el paisaje toma un papel tan fundamental como el propio mobiliario de diseño. Por eso es un diseño muy usado en numerosas casas rurales enclavadas en paisajes montañosos.
Otro aspecto es que, debido a la poca luz solar que incide en los países del norte de Europa a lo largo del año, el estilo nórdico suele abusar de elementos encaminados al máximo aprovechamiento de esta tales como claraboyas, grandes cristaleras que pueden llegar a ocupar toda una pared, espacios abiertos con pocos muros que separen las salas y colores neutrales fundamentalmente el blanco.
Debido a que la madera en las zonas montañosas es el material de construcción más abundante, es frecuente encontrar grandes vigas de madera en los techos, suelos de madera y gran parte del mobiliario realizado en madera, con aire más o menos rústico.
La chimenea o calefacción mediante grandes calderas es un elemento habitual en el estilo nórdico, buscando resaltarlo e incluso recurrir a un tipo de caldera de aspecto intencionadamente antiguo, aunque se utilicen materiales y combustible de última generación, mínimo gasto y gran poder calorífico, que resulten respetuosos con el Medio Ambiente. Y es que el estilo nórdico conlleva cierta mentalidad a favor del uso de productos orgánicos, elementos biodegradables y conservacionista con el Medio Ambiente.
Por ello se usan elementos decorativos a base de flores secas, cerámica o cristal, despreciándose el plástico y derivados de este. Suelen usarse prendas de lana, algodón, lino, …y por esta tendencia al reciclado, es frecuente que se recurran a tiendas y mercadillos de antigüedades en los que adquirir gran parte del mobiliario (palanganas, aguamaniles, bañeras antiguas, enseres antiguos usados como lámparas o jarrones, etc).
Dentro de este estilo nórdico se encuentran variantes, según lo rústico que puedan ser los elementos decorativos siendo el culmen de esto el estilo que se sigue en los establecimientos rurales, en casas de pueblo antiguos con anchos muros de piedra, vigas a la vista, etc. No obstante, está otra variante más refinada y chic de la que vamos a pasar a comentar dos figuras y que son ambientes selectos, mimados y costosos dentro de los países escandinavos:
Como observamos en la imagen superior, los hogares de diseño nórdico se caracterizan por el empleo de dos colores básicos: el marrón (en los suelos laminados y sofás y muebles de madera) y el blanco en las paredes y muebles. Los espacios son abiertos, sin apenas puertas o muros que impidan la entrada de luz solar. Las ventanas son amplias, desprovistas de cristales de colores y cortinas. La chimenea y calefacción juegan un papel importante, mientras la decoración suele usar elementos naturales tales como la madera o el cristal. Vemos que se usan elementos de diseño costosos (por ejemplo para las cristaleras, que tratan de aunar la protección con la sencillez), muebles de diseño de líneas refinadas y se evita dejar las piedras de los muros o las bastas vigas de madera al aire. Los cuadros suelen ser fotografías de autores conocidos, capaces de transportar a paisajes naturales sugerentes, a un precio más o menos elevado.