Gracias al blog equo nos enteramos que Joaquín Nieto (codirector del informe Cambio Global 2020/50 Energía, Economía y Sociedad, elaborado por un equipo de expertos para la Fundación CONAMA y el Centro Complutense de Estudios e Información Medioambiental) nos explica las conclusiones y análisis fundamentales del Informe Cambio Global 2020/50 que se ha presentado hoy en Conama de la siguiente manera:
El modelo energético convencional es insostenible. La Agencia Internacional de la Energía alerta de que el escenario tendencial llevaría a un aumento de la demanda mundial de energía de un 40% para 2030, pero duda de que eso sea posible porque la extracción mundial de petróleo está experimentando un declive promedio del 6,7% anual. Esa tendencia conduciría a una concentración atmosférica de gases de efecto invernadero superior a 1.000 ppm de CO2eq, provocando una elevación media de la temperatura mundial superior a 6ºC y un cambio climático de consecuencias catastróficas para el planeta y sus habitantes.
Además, el modelo energético es profundamente injusto: 1.600 millones de personas no tienen acceso a electricidad mientras que unos pocos países con el 20% de la población mundial consumen –consumimos– más del 80% de los recursos.
El modelo energético español presenta rasgos de insostenibilidad muy similares, si no peores: la intensidad energética y las emisiones españolas han mantenido una curva creciente, en dirección contraria a la europea.
El mundo asiste a un cambio de ciclo histórico provocado por la presión humana sobre los recursos naturales que desborda los límites biofísicos del planeta. Es también el final de la era del petróleo y el inicio de una profunda crisis que demanda soluciones. La convergencia de diversas crisis globales -financiera y económica, climática, energética y ambiental- requiere buscar salidas de conjunto. El IPCC alerta que a partir de un calentamiento global superior a 2º C las consecuencias del cambio climático serán desastrosas. Para evitarlo recomienda que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera se estabilice en un nivel inferior a las 450 ppm de CO2eq, para lo que los países desarrollados deberían reducir sus emisiones entre un 80 y un 95% para 2050 en relación a 1990, lo que requiere transformar profundamente el actual modelo energético y buena parte del conjunto del modelo productivo y de consumo.
El acceso a la energía es esencial para el bienestar humano, ya que si no alcanza un nivel mínimo limita severamente las posibilidades de desarrollo. Sin embargo, a partir de cierto umbral, más energía no implica necesariamente más desarrollo, y menos aún más bienestar. Así pues, no se trata de conseguir más y más energía, sino de cubrir racionalmente las necesidades con menos energía y planificar un sistema energético compatible con el funcionamiento de los ecosistemas. Ello exige un cambio profundo en las formas de transformar y consumir la energía.
El énfasis de las soluciones debe situarse en la reducción del consumo, tanto en términos absolutos (ahorro) como relativos (eficiencia). En este informe se presentan muchas posibilidades tecnológicas o de cambios de comportamiento que podrían reducir considerablemente el consumo energético si la actividad económica se orienta a un nuevo urbanismo, a una rehabilitación del parque construido, a que los nuevos edificios sean neutrales en emisiones y a una movilidad sostenible.
Todas las alternativas de demanda y de oferta analizadas en el informe se han combinado para construir unos escenarios energéticos deseables para 2020 y 2030, que deberían permitir alcanzar un modelo energético sostenible en el medio plazo. Para lograr ese objetivo el informe apuesta por una metodología ‘backcasting’ o retrospectiva, situando primero el escenario deseable dentro de lo posible, para diseñar en consecuencia las medidas necesarias para alcanzarlo. Por ello el informe ha elaborado un escenario energético deseable para España, que garantice que las emisiones en 2050 sean un 80% menos que las de 1990 tal como aconseja la comunidad científica, para lo que contempla la reducción de un 30% para 2020 y un 50% para 2030.
En dicho escenario, en el año 2030 el consumo de energía primaria se reduce en un 23% respecto del consumo del año 2009. La energía nuclear desaparece El uso del petróleo se reduce desde un 49% en 2009 hasta un 34% en 2030. La electricidad aumenta su participación en el sistema energético, con un rápido crecimiento de las fuentes renovables, que ya en 2020 supondrían más de un 70% de la electricidad total y en 2030 llegarían al 100%.
En lo que se refiere a la viabilidad económica del escenario propuesto, los resultados muestran que, gracias al ahorro, los costes totales del sistema energético se reducen respecto al escenario base que resultaría de limitarse a aplicar las políticas actualmente previstas.
La conclusión principal del informe es que la transición hacia un modelo energético sostenible no sólo es deseable, sino también posible. Pero este cambio no vendrá por sí mismo, sólo podrá ser el resultado de un conjunto coherente de políticas públicas y una implicación real de la sociedad civil en torno a una estrategia energética ambiciosa y sostenible, que garantice el bienestar sin comprometer los límites que impone nuestro finito y vulnerable planeta.
Descargar Cambio Global España 2020/50 (2)
Imagen: Flickr de International Rivers
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