Revista Coaching

Apostar por la formación de empleados para hacer crecer una empresa

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Apostar por la formación de empleados para hacer crecer una empresa

Hoy comenzamos con una nueva tipología de post que tendrán cabida en mi blog. Corresponderán a ideas, reflexiones y contenidos que vendrán propuestos de la mano de personas especialistas en algún área relacionada con los RRHH, desarrollo de personas, inteligencia emocional y todos aquellos temas que envuelvan a las personas, las organizaciones y su crecimiento dentro de ellas.

Para estrenar esta sección de nuestro blog, contamos con la presencia de Sonia Mañé Vernia. Sonia es periodista especializada en medios digitales y actual editora de contenidos en IEBS Business School. Se define como una apasionada de la comunicación en todas sus formas, poniendo un especial énfasis con la forma en la que se presenta algo, ya que para ella palabras, imágenes y diseño han de ir de la mano. Espero que os guste su artículo.

Apostar por la formación de empleados para hacer crecer la empresa

Uno de los valores más importantes de la empresa, por no decir el más importante, es el capital humano. ¿Quien trata con los clientes? ¿Quien saca adelante los proyectos de las empresas? Los empleados son la parte que más deberíamos mimar en el conjunto de una organización, sin embargo, muchas veces no se les tiene lo suficientemente en cuenta.

¿Y cómo podemos cuidar a los empleados? Para empezar deberíamos asegurarnos de que tienen unas buenas condiciones laborales; que se sientan a gusto y no estén todo el día pensando cuándo irse, cómo vengarse de la última bronca o cómo fastidiar a la empresa. Si se logra este primer paso significa que se va por el buen camino y el siguiente paso será invertir tiempo y algo de dinero en la formación de los trabajadores.

Las personas que están diariamente en contacto con la empresa, es decir, aquellas que la hacen posible, son las que mejor conocen los objetivos, el funcionamiento y la filosofía de la misma. Algunos empresarios o jefes de sección piensan que es mejor contratar a alguien externo, que sepa de esto y de lo otro, para solucionar nuevos problemas que vayan surgiendo y abarcar las necesidades propias del crecimiento de una empresa. Sin embargo, ¿han pensado en la ventaja de formar a los empleados que ya tienen? A ellos no hay que enseñarles desde cero, ya tienen los cimientos bien aprendidos, saben manejarse y están implicados con la empresa y su evolución. Si a todo ese conocimiento previo se le suman nuevos conocimientos como cursos en nuevas tecnologías, gestión financiera, gestión de recursos humanos... se podría mejorar mucho el rendimiento de la empresa, la productividad y sus beneficios.

Entre las causas más frecuentes que frenan a las empresas a decidirse a dar el paso de formar a los empleados encontramos la falta de tiempo, la falta de ganas de invertir dinero o el miedo a perder a esos trabajadores en el futuro. El miedo, de hecho, es una de las causas más comunes, pero sólo lo experimentan las empresas en las que no se ha cumplido con el primer paso: cuidar a los empleados y tenerlos contentos. Evidentemente, si en una empresa las condiciones son muy mejorables y los empleados muestran abiertamente su desgana, es probable que las bajas empiecen en un momento u otro. Si no se tienen ganas de mejorar ese aspecto, no se puede empezar con la formación sin quitarse el miedo y, además, ese miedo tendrá fundamento racional. Por el contrario, si se confía en que la empresa es un lugar con oportunidades laborales, con buenas condiciones para los empleados, etc. el miedo a perder el capital humano tras haberlo formado es irracional; todo puede pasar, pero las probabilidades apuntan a que esos empleados evolucionarán en la empresa; conseguirán nuevos cargos de más responsabilidad; tendrán nuevos retos y motivaciones y, en definitiva, estarán alargando su estancia en la compañía.

La falta de tiempo es otra excusa recurrente para no formar a los empleados. El problema es tanto del tiempo del empleado como el de los jefes. ¿Qué haremos con todo el trabajo que no haga mientras está en horas de formación? No hay que verlo únicamente como una pérdida, sino que se debe poner en una balanza y veríamos que lo que perdemos es proporcional a lo que ganamos. El único problema es que lo que se gana se podrá ver a largo plazo, mientras que la pérdida se produce en el corto plazo. Sin embargo, la formación en sí misma, nunca es una pérdida de tiempo para la empresa. Los problemas hay que plantearlos de uno en uno: por ejemplo, si es necesario reorganizar las tareas, se pueden ir dejando las que no son prioritarias para otros momentos o para después de la formación.

La última causa más frecuente; no querer invertir dinero. El mismo efecto de corto y largo plazo se aplica en este caso. Invertir dinero en algo que no da sus frutos inmediatamente siempre es más desalentador que hacerlo con algo que funciona al instante. Contratar a alguien nuevo acabaría costando más dinero, pero el resultado es inmediato. Yo quiero planear otra perspectiva, a parte de la evidencia de que hay que tener algo de paciencia. No es siempre necesario gastar dinero ni tampoco mucha cantidad. Me estoy refiriendo a los acuerdos; si una empresa ofrece servicios de, por ejemplo almacenamiento en la nube, o servicios de impresión, ¿por qué no realizar un intercambio de servicios con centros formativos? Los centros formativos necesitan imprimir y también es muy probable que necesiten espacio en la nube para almacenar archivos, y muchos servicios más que las empresas les pueden ofrecer gratis a cambio de obtener formación para sus empleados. Hoy en día ya existen muchos centros que aceptan esta clase de acuerdos, así que todo es cuestión de empezar a proponer.

Por otra parte, también hay que informarse de las ayudas relativas a las iniciativas de formación en las empresas. Por ejemplo, el Fondo Social Europeo y la Fundación Tripartita ofrecen planes de ayuda a la Formación Continua mediante los cuales las empresas pueden disponer de un crédito anual, marca legislativamente y en función del número de empleados, cuya cuantía se ingresa en concepto de cuota de formación profesional.

La apuesta por la formación de empleados es una cuestión de querer, más que de poder, y son las empresas, cuyos departamentos de recursos humanos miran los beneficios a largo plazo, las que avanzan de forma innovadora.

Fuente: https://miguelangeldiaz.net/formacion-empleados-crecimiento-empresa/

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