Hortensia da el pecho a Paul | Cezanne
Hoy, un año más, empieza la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una iniciativa impulsada por la Alianza mundial pro lactancia materna. El lema de este año es: Apoyo a las madres que amamantan: cercano, continuo y oportuno.Creo que el apoyar y animar a las madres desde sus entornos cercanos a que opten por la lactancia materna es un punto básico para que ésta llegue a ser un éxito. Cuando acabas de tener un hijo, estás agotada, abrumada por la nueva situación y te ponen a un pequeño bultito delante al que tienes que arropar, tu vida da un giro de 360 grados. Por mucho que te lo hayas estado preparando durante nueve meses, o incluso antes, por muchas revistas y libros que hayas leído, por muchas listas que hayas hecho, por muchos cursos a los que hayas acudido, lo que te encuentras delante es totalmente nuevo. Y esa novedad a veces puede llegar a colapsar. Si a eso añadimos que cuando queremos dar el pecho, porque lo hemos meditado, nos hemos informado, nos hemos preparado, tu hijo no se agarra correctamente y te hace daño, y llora y tu no sabes cómo consolarlo, lo último que necesitas es a las constantes visitas en el hospital o en casa, diciéndote que para qué vas a sufrir, que mejor que le des un biberón, que total es lo mismo. En mi caso, yo no había visto nunca dar de mamar a un bebé. Sabía que mi madre lo había hecho (también contra viento y marea, porque ella vivió la época del boom de los biberones y, lo que es peor, la de la famosa teoría de los diez minutos cada tres horas). Pero ya está. No sabía todo lo que implicaba, ni tenía a nadie que me pudiera ayudar de verdad. No me gusta echarme flores pero en el caso de la lactancia materna, me siento de lo más orgullosa porque llegué a dar el pecho durante muchos meses, y años, porque yo lo decidí así, y luché contra viento y marea. Contra las grietas, las inflamaciones, los dolores de brazo y espalda por malas posturas y las largas noches sin dormir y los eternos días sin descansar. Pero como contrapartida gané una de las experiencias más maravillosas que una madre puede experimentar después de dar a luz a un hijo. Aunque parezca contradictorio, todo lo malo se borró de un plumazo cuando conseguí controlar la situación. Fueron dos o tres largos meses, con mi hijo mayor, pero no me arrepiento en absoluto. Pero hay muchas mujeres que necesitan de apoyo externo. No sólo práctico, también, y sobretodo, anímico. Sentirse un bicho raro, porque haces algo natural, no es del gusto de nadie. Por eso creo que es importantísimo no sólo apoyar, sino también animar, aplaudir, felicitar, a las madres que quieren dar el pecho. Y no porque por fin empiecen a haber muchos estudios que están confirmando la evidencia, que la lactancia materna es la mejor opción, que también. Sobretodo hay que apoyar a las madres para conseguir que superen los malos momentos y puedan experimentar lo fantástico y genial que es dar el pecho a tu hijo. Feliz Semana de la Lactancia Materna.