Posted on 9 febrero, 2012 by juanmartorano
Juan Martorano (*)
El próximo 2 de abril, en la hermana República de Argentina, se rememorará la sangrienta guerra de las Malvinas o la guerra del atlántico sur. La causa de esta lucha fué la lucha por la soberanía sobre estos archipiélagos australes, cuyo descubrimiento es motivo de controversias, ocupadas actualmente entre España, Francia, Argentina y el Reino Unido (actualmente); Argentina considera, y nosotros apoyamos esa tesis, que dichas islas se encuentran ocupadas por una potencia invasora y los consideran como parte de su provincia de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Tras esta invasión a las islas, estaba previsto invadir también militarmente también las islas Picton, Lennox y Nueva y otras hasta atacar el cabo de hornos, que formaban parte de discusiones territoriales por parte de Argentina y Chile. El costo final de la guerra en vidas humanas fué de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
Económicamente, en las islas existían en otro tiempo importantes puestos balleneros, pero la gradual desaparición de numerosas especies de ballenas en los mares australes y los profundos cambios en el negocio aceitero hicieron que la relevancia económica de la actividad se redujera dramáticamente. No obstante, numerosas investigaciones confirman yacimientos de crudo en la plataforma continental en la que se encuentran las Malvinas. La plataforma es, además, rica en pesquería.
Políticamente, el interés de Argentina por el archipiélago obedece a su visión del mismo como
territorio irredento.
Estratégicamente,
- La posesión de territorios adyacentes a la Antártida puede otorgar derechos sobre este continente en futuras negociaciones relacionadas con el mismo;
- El control de este archipiélago entrega una posición estratégica a su ocupante sobre el cruce austral y su tráfico marítimo.
No obstante, en la década previa al estallido de la guerra, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico consideraba las Malvinas más bien como un problema a la hora de estabilizar sus relaciones con América Latina. Pero, aunque propuso una devolución en arriendo (una soberanía de Argentina durante un tiempo prolongado con la expectativa de una devolución al final del mismo), los ciudadanos de las Malvinas se negaron a aceptar la propuesta.
Las consecuencias
de la Guerra de las Malvinas fueron políticas, militares y sociales. La Guerra de las Malvinas fue el primer conflicto aeronaval moderno en que se enfrentaron armas de alta tecnología. Fue un enfrentamiento entre dos naciones occidentales, aliadas de Estados Unidos en la Guerra Fría que se libraba por aquel entonces. Se violaron tratados, se cometieron excesos, hubo guerras secretas paralelas. La Guerra de las Malvinas tuvo consecuencias.
Pero más allá de esa situación que se vivió hace un poco más de 30 años, hoy nuevamente se retoman las políticas neocoloniales por parte de Gran Bretaña, como viejo imperio y con ánimo de retomar ese conflicto y de reabrir viejas heridas no se hicieron esperar. Lamentablemente en estos últimos días, este país imperialista ha anunciado para los próximos días el envió a dicha zona de un moderno destructor, el “HMS Dauntless”, y la llegada del Príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono de Gran Bretaña, para una misión como piloto de búsqueda y rescate de la Fuerza Aérea Real (RAF).
Para Londres, estos despliegues son “de rutina”, y no una respuesta a la reciente escalada de tensión desde la decisión de Mercosur de prohibir el ingreso en sus puertos a los barcos con pabellón de Malvinas.
El Reino Unido en estos momentos, cuál país imperialista que se siente “guapo y apoyado”, está militarizando las Malvinas, está atentando no sólo contra la soberanía del hermano pueblo argentino, sino que se esta metiendo con la América LatinoCaribeña.
A través de este artículo, queremos sumarnos a las diferentes voces de protesta, incluyendo la del Gobierno de nuestro Comandante, líder y Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, de denunciar formalmente al Gobierno Británico por esta nueva militarización y este intento de amedrentamiento a nuestro Continente con esta nueva militarización imperialista, que implican un grave riesgo a la seguridad internacional.
Si los británicos se expresan de esas islas como “Falklands”, para nosotros, los argentinos, brasileros, bolivianos, ecuatorianos, paraguayos, uruguayos, guyaneses, surinameses, peruanos, colombianos, chilenos, venezolanos y el resto de América Latina y el Caribe, decimos y las llamamos Malvinas. Su capital es la tierra del fuego y debemos expresarnos de ellas en idioma castellano, y no con el inglés imperial con el que algunos desean expresarlo.
Apoyamos la postura valiente, férrea y decidida de la Presidenta de la República de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien ante un mapa del archipiélago pintado con los colores de la bandera argentina, ha anunciado un nuevo paso de su gobierno en su intento por internacionalizar su reivindicación diplomática de la soberanía de este archipiélago bajo dominación británica desde 1833 por las riquezas que yacen allí.
Señalo la Presidenta Fernández de Kirchner lo siguiente: “Vamos a presentar una protesta ante el Consejo de Seguridad de la ONU por esta nueva militarización del Atlántico Sur, que implica un grave riesgo para la seguridad internacional”.
“Malvinas ha dejado de ser una causa de los argentinos , para transformarse en una causa latinoamericana y global”, agregó.
Pero, es importante tener en cuenta que, EL Reino Unido, es uno de los cinco miembros permanentes con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, y por eso resta importancia a esta acción.
En 1982 Argentina se quedó sola en este conflicto, y por eso es que fué derrotada en 1982. Ningún país suramericano en ese entonces, en virtud de que casi todos sus gobiernos estaban plegados a los intereses de los Estados Unidos y demás países imperiales, se solidarizó o apoyó a Argentina, incluso violándose el Tratado Internacional de Asistencia Recíproca (TIAR) que nació muchísimo antes que la OTAN, promovido por los Estados Unidos y que señalaba que un “ataque a algún país americano era un ataque a todos”. Estados Unidos fué uno de los países que no sólo incumplió este Tratado, sino que de paso, dio todo el apoyo logístico y militar a la Gran Bretaña para que derrotará en este conflicto a Argentina, incluso con armamento nuclear. Esa misma situación no debe ni puede repetirse en este nuevo momento en que se vive en la América del Sur y el Caribe. Aquí es cuando la solidaridad internacional y los mecanismos nacientes como la UNASUR y la CELAC deben activarse pero de inmediato.
Nuestra solidaridad revolucionaria, anticolonialista y antiimperialista debe estar en este momento y en este instante con el Gobierno y el pueblo argentino. Por eso apoyamos la postura del Gobierno de Hugo Chávez de solidarizarnos con la hermana República Argentina ante esta agresión imperialista de la cuál es objeto en estos momentos.
Independencia y Patria Socialista!!!
Viviremos y Venceremos!!!
[email protected]
(*) Militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
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