Applause

Has caído sobre el escenario varias veces, traicionada por tus tacones imposibles. Te han insultado una y otra vez en las redes sociales. Has confesado entre lágrimas que a veces te sientes una fracasada: tú, que mueves a diario millones de dólares y de almas entregadas. 
Un mal día te fracturaste la cadera. Sabías cuál iba a ser la temible consecuencia, y como sospechabas, tus rivales no perdieron el tiempo. Y sin embargo, vuelves al lugar del crimen porque ése y no otro es tu lugar. Vuelves porque sabes que por más que lo intenten no van a poder contigo. 
Vulnerable e indestructible a la vez, renaces sobre un simple colchón llevando como única arma el peinado de tus dieciocho años. Subes al escenario de nuevo y exhibes como un trofeo tu pierna herida. Te aplauden manos negras sobre el pecho y muestras con insolencia tus caninos de perra salvaje. Vives para el aplauso, perteneces a la rara especie de los que nos gusta leer y sabes cómo hacer que Botticelli se sienta orgulloso. Danzas tu catwalk sobre la pasarela con la seguridad de quien exige lo que le corresponde por derecho y no necesitas ya la máscara de tus inicios, ni el maquillaje exagerado que te oculta y te protege. Applause. Applause. Gimme the thing that I love. Ven y siente el escalofrío de mi aplauso sobre tu piel.