Amazon y Apple han levantado una maraña de formatos no interoperables y sistemas de gestión de derechos (DRM) en la que atrapar a lectores y autores. Al menos, esa es la conclusión de un estudio que analiza sus negocios de libros electrónicos. Su ebooksno se pueden leer fuera de sus plataformas a no ser que se recurra a algún truco ilegal. Los escritores también quedan atrapados en su red.
Dos investigadores alemanes han analizado los formatos de losebooks que hay en la tienda de Amazon y en la iBookstore de Apple y los han comparado con el estándar abierto EPUB3. En susresultados (PDF), presentados en la conferencia anual de laFederación Europea de Libreros (EBF), no han encontrado razones tecnológicas o funcionales para que ambas compañías usen un formato propietario. El principal fin de estos sistemas es, con el concurso extra de los mecanismos anticopia, impedir que los libros comprados en sus tiendas puedan leerse con otros programas o dispositivos diferentes a los suyos.
“Todo lo que puedes expresar con los formatos de Apple o el KF8 de Amazon, también lo puedes hacer con EPUB3″, dice el profesor de la Universidad Johhanes Gutenberg de Maguncia y coautor del trabajo, Christoph Bläsi. “Con EPUB3, por ejemplo, puedes configurar la salida de audio en la funcionalidad de texto-a-audio, las características de voz, las normas de pronunciación o, también puedes especificar los llamados fallbacks, con los que puedes usar un medio alternativo, como convertir un vídeo en texto, en el caso de que no puedas verlo o leerlo por alguna discapacidad. Todas las características mencionadas no están disponibles en los otros formatos”, añade.
El EPUB3 fue adoptado en 2011 por el Foro Internacional de Edición Digital, en el que participan empresas como Google, Kobo, Adobe… o grandes editoriales como Hachette, Pearson o Santillana. En marzo de este año, la Asociación Internacional de Editores lo convirtió en estándar y recomendó a sus afiliados que digitalizaran sus obras en este formato. Además de las mejoras ya mencionadas, también cuenta con mayor interactividad, ofrece mejor soporte a las lenguas no occidentales y especificaciones más completas para facilitar la lectura a los discapacitados.
Ni Apple ni Amazon participan en aquel foro. Entre las dos controlan el 75% del mercado de ebooks más maduro como es el de Estados Unidos y usan dos formatos principales a la hora de crear un ebook. La primera usa el Fixed Layout EPUB, la segunda trabaja con KF8. Ambos son sistemas basados en el antiguo estándar EPUB 2, pero llevan tantos añadidos marca de la casa que no son interoperables. Mientras que un archivo mp3 se puede reproducir tanto en iTunes como con el reproductor abierto VLC o un documento de texto se puede abrir con el Office de Microsoft o el LibreOffice, un ebook comprado a Amazon o a Apple no se puede leer si no es en sus iPad o sus Kindle.
«Este vallado de su ecosistema es parte de su modelo de negocio, si tenemos en cuenta que un cliente lo será por mucho tiempo»
Christoph Bläsi
Profesor de la Universidad Johhanes Gutenberg de Maguncia
Para los editores y autores interesados en la autoedición, Apple lanzó en enero de 2012 la aplicación iBooks Author. Es gratuita, pero sólo funciona en ordenadores con el sistema operativo iOS 5 o superior, también de Apple. Los escritores tiene la libertad de guardar sus creaciones en un PDF, que ha quedado obsoleto para la edición de ebooks, o en el formato .ibooks. Con éste último, consiguen una gran libertad en el uso de fuentes, renderizar operaciones matemáticas o ganar en interactividad. Pero el resultado sólo se podrá ver en dispositivos con iOS. Se da la circunstancia de que todas esas mejoras que ofrece el formato .ibooks proceden de las especificaciones del EPUB3 pero Apple lo ha hecho no interoperable.
Si EPUB3 es mejor que los formatos propietarios, ¿por qué Amazon y Apple no lo usan? Los investigadores reconocen no saberlo con certeza. Aunque su trabajo ha analizado a fondo las tres grandes alternativas, pidieron a Amazon y a Apple detalles técnicos sobre sus formatos. Pero no hubo respuesta. Además, les enviaron los resultados de su trabajo por si querían dar su opinión antes de publicarlo y tampoco la hubo. Materia también lo ha intentado, con la misma suerte.
“Podemos asumir, sin embargo, que este vallado de su ecosistema es parte de su modelo de negocio si tenemos en cuenta que un cliente lo será por mucho tiempo debido a que no podrá llevarse sus libros si eligiera irse a otro ecosistema”, plantea Bläsi.
El cierre de sus respectivas plataformas se completa con los sistemas anticopia o DRM que usan tanto Apple como Amazon. Presentados como herramientas para proteger la propiedad intelectual de los autores, en manos de ambas compañías se han convertido en un eslabón de la cadena con la que atan a los compradores de los ebooks. El sistema usado por Amazon, desarrollado por Mobipocket, se asegura de que cualquier libro de Amazon con este DRM sólo se pueda leer en un Kindle o con el software de lectura de la compañía. Al mismo tiempo bloquea la lectura de ebooks ajenos a su librería. Mientras, el Apple FairPlay (que se podría traducir como juego limpio) impide que los libros de la iBookstore puedan leerse en dispositivos y lectores que no sean de Apple. Lo que sí permite, a diferencia de Amazon, es la importación de obras en formato EPUB y PDF a su ecosistema.
También contra los autores
El entramado montado por las dos grandes librerías también limita la libertad de acción de los autores. Como se explica en el informe, los que quieran usar exponer sus libros en la iBookstore de Apple están obligados a usar sus formatos, en particular el .ibooks. Por su parte, la herramienta de autoedición Kindle Direct Publishing, que Amazon ofrece a los autores, les da una gran visibilidad y hasta el 70% de la venta de sus obras pero, a cambio, tienen que retirarlas de otras tiendas y darle la exclusividad a Amazon durante 90 días.
“La falta de interoperabilidad entre formatos y plataformas ha sido identificada como uno de los principales obstáculos que dificultan la Agenda Digital europea y es un verdadero problema para los libreros en su relación diaria con sus clientes”, opina el presidente de la EBF, John Mc Namee. Su organización encargó el estudio, “lo que no ha influido en nuestros resultados”, aclara Bläsi.
La referencia de Mc Namee a la Agenda Digital cobra sentido si se tiene en cuenta que este plan europeo para el avance de la Sociedad del Conocimiento recoje en su Pilar II la interoperabilidad de las distintas tecnologías y sistemas para 2020. Y la Comisión Europea está empeñada en conseguirlo, incluso con cambios legislativos si hiciera falta para obligar a los gigantes tecnológicos a apostar por formatos abiertos e interoperables.
En la conferencia anual de la EBF hubo una invitada especial, la vicepresidenta de la Comisión, Neelie Kroes, gran impulsora de la Agenda Digital. No sólo recibió el informe de los investigadores alemanes, también es la autora del prólogo cuya última frase es todo un aviso a las empresas que, como Amazon y Apple, siguen con sus formatos propietarios: ”Ha llegado la hora de los estándares abiertos también para los ebooks, igual que ha sucedido en otras áreas de la economía digital”.