Este año comenzó a circular un trabajo realizado por la Asociacion Psiquiátrica Americana (APA), que publicó una guía para pacientes que utilizan apps. La iniciativa tiene un impacto invalorable en la consideración de algunas cuestiones relacionadas con el aporte que Internet puede, o no, hacer a la salud en general y la salud mental en particular y apunta a una de las cuestiones centrales que desvela a los ciberpsicólogos y que tiene que ver en trazar una línea entre lo que es un producto de consumo y entretemiento y lo que puede ser un recurso terapéutico.
Sobre unas 250.000 aplicaciones de salud actualmente en circulación, es posible encontarr unas 10.000 que abordan temas de salud mental. Generalmente se trata de alguna modalidad de soporte emocional, psicoterapia en alguna de sus formas o control de la medicación. En algunos casos hasta ofrecen “cura” a enfermedades mentales. Estas aplicaciones son de fácil descarga en cualquier Smartphone y sólo en USA son usadas por el 65% de la población.

Por ejemplo, Torous refiere el caso de una app para tratamiento del trastorno bipolar, que recomienda beber un trago de licor fuerte como “cura” de la manía. Otra app dirigida a calcular los niveles de alcohol en sangre, parece que animaba a sus usuarios a beber más.

La mayoría de las apps de salud carecen de bases clínicas a pesar de ser fácilmente disponibles. Por otra parte los mecanismos tradicionales de control y regulación puede que no sean aplicables, dada la naturaleza tan dinámica de las aplicaciones móviles.
De hecho, las mejores apps se actualizan constantemente con el propósito de mejorarlas, ocasionando nuevos riesgos de seguridad y fiabilidad. Una app puede ser evaluada hoy y ser diferente dentro de un mes. “Una app es algo dinámico, por lo que es difícil mantener marcadores estáticos” – dice Torous- ” es algo que el campo de la medicina no había visto hasta ahora”.
Para ayudar a usuarios y profesionales de la salud a transitar este nuevo espacio, la APA
recomienda un marco dinámico de evaluación de las apps, basado en 5 criterios:
- INFORMACION GENERAL: entender quién/enes desarrolló/aron la aplicación, recogiendo toda la información disponible sobre su formación, experiencia en la temática, etc. Explorar si la aplicación se presenta como un referente clínico o médico y valorar quién ha financiado su desarrollo.
- RIESGOS, PRIVACIDAD Y SEGURIDAD: La confidencialidad es un principio ético central en la práctica médica. Es necesario tener claro, que en el uso de las apps, los datos personales podrían ser vendidos y el perfil personal rastreado. La APA recomienda tomar en cuenta las siguientes preguntas: -¿Se explicita alguna política de privacidad? -¿Qué datos son recolectados? ¿Se destruye o transforma la información recolectada en datos no identificables? ¿Puede auto excluirse el usuario de la recolección de datos? ¿Cómo podrían potencialmente ser compartidos los datos recolectados? En un estudio realizado sobre 211 apps sobre diabetes para Android, 81% no tenía ninguna política de privacidad. Y del 19% de las apps que sí la tenían, solo el la mitad informaba a sus usuarios que sus datos sería recolectados; apenas 8 manifestaban que los datos del usuario no serían vendidos. (Blenner SR, Köllmer M, Rouse AJ, Daneshvar N, Williams C, Andrews LB. Privacy Policies of Android Diabetes Apps and Sharing of Health Information. JAMA. 2016;315(10):1051–1052. doi:10.1001/jama.2015.19426). Otros riesgos detectados, incluyen una falsa sensación de seguridad, una app no puede responder ante ninguna emergencia, solo por citar una posibilidad.
- EVIDENCIA: La nueva guia de la APA recomienda que los usuarios busquen evidencia respecto a la investigacion realizada para desarrollar esa app asi como comentarios de los usuarios. Muy pocas apps han pasado por un proceso de ensayos clínicos para probar su eficiencia y los postulados que a veces proponen las apps puede que sean falsos. Por ejemplo, la Federal Trade Commision, se refirió a Lumosity, una compañia que “al explotar el miedo de los comsumidores, vendiendo su entrenamiento online como una forma de retrasar la demencia, posiblemente, retrasa la consulta a un profesional”. De hecho, Lumosity, un programa online para entrenar la memoria, la flexibilidad y la atención, y que en 2015 tenía unos 70 millones de suscriptores, acordó pagar a la FTC 2 millones de dólares , por cargos de publicidad engañosa, La Comisión concluyó que el marketing desarrollado por la compañía sugería que sus juegos podrían evitar la pérdida de memoria e incluso el Alzheimer sin exponer ninguna evidencia científica que sostuviera sus afrimaciones (https://www.consumer.ftc.gov/blog/2016/01/brain-training-lumosity-does-it-really-work) Lumosity debió retirar toda alusión a la posibilidad de que usar la app contribuyera en forma fiable y confiable a mejorar los resultados en la prevención del declive en las funciones cognitivas debidas a condiciones de salud como el Alzheimer, el déficit de atención con hiperactividad (ADHD), el Síndrome de Turner o los efectos de la quimioterapia o el ACV. En nuestra opinión, el problema radica en las estrategias de marketing que no aclaran que es preciso realizar evaluaciones y un programa de prevención primaria multifactorial para promover el envejecimiento activo y que -en ese contexto- la app es un recurso divertido y dinámico. Este matiz, hallable en la mayoría de las apps de salud, es el que es necesario contrarrestar. Otro estudio identifica 700 aplicaciones sobre Mindfulness en iTunes. La mayoría son simples alarmas para marcas tiempos. Sobre esas 700 apps, solo 23 incluían algún tipo de educación o entrenamiento en atención plena.
4.- ACCESIBILIDAD: ¿Qué tan usable es la app? ¿Requiere Internet?, ¿Se utiliza en teléfonos Iphone o en Android?, ¿Es compatible en nuestro dispositivo?
5-INTEROPERATIBILIDAD: Las apps no debiera aislar el cuidado. Idealmente, un usuario debiera estar en condiciones de compartir sus resultados con los profesionales que lo atienden. Para esto los datos tendrían que poder se impresos o descargados o ser compartidos con otras plataformas (Apple, HealthKit, FitBit). (Grafico: fuente John Torous)

El modelo de evaluación de la APA es el resultado de dos años de trabajo en grupos sobre evaluación de smartphone con la colaboración del Comité de Información en Salud de la Sociedad de Psiquiatría de Massachussets.
Según Torous, estamos en los comienzos. Hace cinco años no era posible encontrar ni un solo estudio sobre psicología o psiquiatría digital, hoy es ya más habitual encontrar literatura sobre el tema.
En todo caso, hay por delante un enorme camino por recorrer, la validación de las apps en salud y en salud mental es un proceso largo y complejo que comienza por el diseño de herramientas confiables. Creemos que se trata de un interesante recurso que debe ser investigado y valorado y que – de ninguna forma- puede transformarse en un producto de consumo. El problema de la generalización de teorías sobre alimentación, etiología de las enfermedades, prevención primaria, secundaria y terciaria es la banalización de las conclusiones y -sobre todo- la promoción de compartimientos estancos entre investigadores, desarrolladores y equipo de salud que terminan no beneficiando a nadie.
Fuente: https://www.psychiatry.org/psychiatrists/practice/mental-health-apps/app…
http://appsy.org/mhealth-apps-de-salud-mental/
Traducción y edición : Raquel Ferrari