Los éxitos personales vienen cargados de retos, constancia y orgullo.
En muchas ocasiones nos cuesta reconocer o que nos reconozcan aquello que se nos da bien, que nos sale solo, que nos gusta hacer y en el que somos muy buenos.
Es habitual ver en diferentes puestos de trabajo, en universidades, escuelas, etc, como hay personas que no sienten que estén haciendo las cosas bien. No perciben que son buenas en algo o que sin ellos, ese proyecto no hubiera salido adelante. O lo que es peor, hay otros que hacen que estas personas no sientan que valen.
La inseguridad y el quererse a uno mismo es un reto que muchos necesitan conseguir. Porque en este mundo y en esta sociedad es, para mi, y siempre siendo ésto una opinión, una lacra social. Si los éxitos personales fueran algo valorado muchos grandes retos serían conseguidos día tras día.
¿Qué podemos hacer para conseguir estos éxitos personales, y lo que es más importante, pensar que los merecemos y que somos capaces?
Lo primero de todo es saber hacia donde dirigimos nuestros esfuerzos, ¿Quienes queremos ser? ¿Qué queremos conseguir? Una vez que sepamos que nos gustaría ser, que nos gustaría tener, o que soñamos crear, tenemos que conocer en donde se sitúa en nuestra escala de valores. ¿Estos objetivos están alineados con nuestra escala de valores?
Es importantísimo saber cuales son nuestras fortalezas, qué nos hace especiales, que nos da ese matiz de únicos e irrepetibles. Eso nos dará energía para saber cuánto nos merecemos los éxitos que tenemos. También es vital pensar y reflexionar por aquello que ya hicimos, aquellos retos que conseguimos y sentir orgullo por ellos. Eso nos da validez como personas frente a nosotros mismos. Frente a los demás no tenemos que demostrar nada, o demostrar lo que somos. Ser fieles a nosotros mismos.
Lo segundo es la constancia del trabajo que nos hace felices. Cuando algo te gusta, lo haces sin mirar el reloj, lo haces con amor y lo haces con seguridad. Si no hay seguridad es porque ha habido acontecimientos en tu vida que han hecho que esa seguridad se fuera hacia la inseguridad. ¿Qué hacemos para creer en nosotros mismos y en nuestras posibilidades? Una de las cosas que podemos hacer es pensar a lo grande. Pensar que no gustarás a todo el mundo. Y sentir que los “nóes” son momentos para aprender, y nunca mirar atrás sino adelante.
Y sentir que los “nóes” son momentos para aprender, y nunca mirar atrás sino adelante.
Y por último, el orgullo del trabajo bien hecho. Las gracias por la ayuda que nos hayan prestado. El reconocimiento a los demás y sobretodo, a uno mismo. La dedicación y pasión por las cosas bien hechas siempre tienen un final maravilloso, y eso es, el valor que cada uno de nosotros aportemos a lo que hayamos hecho y a lo que hemos aportado a los demás.