Revista Comunicación

Aprender a comunicarnos

Publicado el 06 septiembre 2011 por Juan Carlos Valda @grandespymes

Comunicarnos: una exigencia de todos los tiempos

Los conceptos de la Comunicación Organizacional, se aplican a cualquier tipo de comunicación humana y se trata de un proceso continuo, en particular en los períodos de cambio o crisis. A la vez, especialmente en esos momentos puntuales, debe ser totalmente clara y precisa para lograr la mayor incorporación del mensaje por parte de los receptores y potenciar, utilizando todas las herramientas tecnológicas a nuestro alcance, la respuesta (feedback).

En las organizaciones donde los dirigentes o la gerencia lucha para que la información fluya en forma continua, los empleados tienden más a perdonar los errores u omisiones ocasionales. La comunicación será verdaderamente eficaz cuando los empleados entiendan cómo el gran escenario los afecta a ellos y a sus trabajos.

Los cambios en la economía, entre los competidores de la empresa – comercio – servicio – ONG o en la misma organización, como un todo, deben traducirse a las implicaciones de cada lugar, de cada área y de los trabajadores. Esta responsabilidad recae directamente en los supervisores directos de los empleados y, a nivel familiar, en los padres.

Es más eficaz comunicar quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo, y dejar que las personas elaboren sus propias conclusiones.

Quizá parezca fuera de contexto, pero todos sabemos que aunque el ser humano lleva más de un millón de años utilizando la comunicación no verbal, ésta no se ha empezado a estudiar hace sólo unas décadas.

Vale recordar que los investigadores de la comunicación han determinado, a través de sus estudios, que este tipo de comunicación se realiza todo el tiempo, aún cuando no tenemos intención de comunicarnos. También han demostrado que su implicancia es la más importante y concentra el mayor porcentaje, luego se completa con el aspecto vocal (tono, matices y otras características) y en menor medida lo verbal, para que el mensaje tenga el impacto esperado o propuesto.

Por lo tanto, utilizando todas las herramientas tecnológicas que hoy tenemos, debemos retomar la comunicación cara a cara, mirándonos y tratándonos como lo que somos: iguales.

¿Cuál es el motivo que me lleva a pensar y compartir este tema?

 Los hechos que ocurren en cada uno de nuestros países y que, por la incidencia de la tecnología, recibimos en tiempo real.

Estos hechos son realmente preocupantes en cuanto a la organización de nuestras sociedades y por estos días, están generados por acciones que, desde hace décadas vienen impactando directamente en la calidad de vida de las personas.

La excesiva y lacerante concentración de lo producido por el esfuerzo cotidiano en pocas manos –mientras las manos que producen esa riqueza aparecen nítidamente desposeídas de casi todo-, aparece hoy como el elemento desequilibrante, el que impide la búsqueda –cuando menos– de la equidad. Dicho esto sabiendo que la tan mentada 'justicia distributiva' es una utopía casi imposible de alcanzar.

Por lo tanto, ahora requiere de líderes de ambos sexos, que reunan en sí la capacidad de conducción necesaria e imprescindible quienes, al menos por el momento, brillan por su ausencia.

Dijo Napoleón Bonaparte: 'Todo soldado tiene derecho a un mando competente'.

Parafraseándolo, diríamos: '¡Todo empleado tiene derecho a un gerente competente' o 'toda persona tiene derecho a un líder competente'. Esta es la clave del liderazgo.

Líder es quien puede y quiere ayudar a su gente a satisfacer estas dos necesidades. El liderazgo se establece cuando los subordinados saben que sus jefes cumplen con estas condiciones. Es decir, cuando saben que pueden confiar en que ellos saben cuál es su trabajo y que pueden hacerlo.

Para que ese liderazgo sea efectivo también sus pensamientos y sus acciones deben ser correctamente comunicados, generar y mantener un feedback permanente que llegue a todos a través de canales adecuados.

La intención como siempre, no es solo contemplar que ocurre a nuestro alrededor y en nuestra casa –sabiendo que 'nuestra casa' es realmente de todos y estoy hablando de nuestro planeta Tierra –a la cual debemos cuidar entre todos.

Estos enfrentamientos violentos que suceden, si bien son el producto de esa puja distributiva que señalé anteriormente, deben ser canalizados en el respeto mutuo y ese respeto mutuo solo será posible cuando se entienda por parte de todos, que es un proceso que no podrá detenerse y al que debemos encauzar para que realmente alcancemos el objetivo de vivir en comunidad, como ocurriera cuando nos reunimos más de un millón de años atrás para cuidarnos mutuamente. De otra manera, todo lo que hagamos aún con la mejor de las intenciones, si es individualista repercutirá negativamente en nosotros y en nuestra casa con las consecuencias que ya están a la vista.

¡Miren dónde hemos llegado, cómo hemos avanzado a pesar de tantos desencuentros!

Comuniquémonos como en aquellos tiempos, nunca es tarde para retomar y actualizar lo que alguna vez hicimos bien.


Autor Omar Lillardo. Comunicador Social – Escritor – Director Asociado de Grupo Co.S.M.O. y Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios

 Fuente: http://ht.ly/68b7T


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