Trabajando con mis clientes de coaching me encuentro muchas veces que éste es un tema importante y que genera mucho estrés y agobio. Las personas son conscientes que se comprometen a demasiadas cosas, que no llegan a todo y quieren aprender a decir NO. Y este es un tema que afecta especialmente a las mujeres.
¿Porqué nos cuesta tanto decir NO?
Hay varios motivos por los que nos puede costar decir NO.
Uno de ellos puede ser que no tenemos claro lo que queremos para nosotr@s, tanto a nivel personal como a nivel profesional. Eso hace que vivamos la vida sin un rumbo claro y cuando nos piden, ofrecen o sugieren algo, no tenemos una estructura clara para valorar si esto lo queremos o no.
Steve jobs tiene una frase muy chula en la que dice “Tú tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otra persona. No dejes que te atrape el dogma, que es vivir con los resultados de lo que otra persona piensa. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu voz interior. Y lo más importante, ten el coraje de seguir tu propio corazón y tu intuición. Ellos saben de alguna manera lo que realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario.”
IDEA: ten una visión muy clara que quién quieres ser y qué quieres en esta vida para ti.
En línea al tema de tener claro lo que queremos, también es importante tener bien identificadas nuestras prioridades. Y una prioridad que mucha gente tiende a “olvidar” es tu mismo. Estar y sentirse bien, debería ser una prioridad para todos: cuidarnos, realizarnos, disfrutar… Normalmente tendemos a pensar que ponernos “delante” es ser egoísta, es una creencia que tenemos muy interiorizada, pero, ¿si tú no estás bien, puedes, cuidar, ayudar a otros? Otra creencia también muy interiorizada es que tener tiempo libre es un “lujo” y sólo nos lo podemos permitir cuando hemos hecho todo lo demás. Pero, ¿es eso cierto? El tiempo es limitado y tu tienes la responsabilidad de elegir cómo quieres vivirlo.
IDEA: clarifica tus prioridades y no te olvides de que tú mism@ debes estar en la lista.
Otro motivo por el que a veces nos cuesta decir NO es porqué no queremos quedar mal, para no hacer daño a la persona que nos lo pide… Aquí hay varias cosas a tener en cuenta. Por un lado, no te bases en suposiciones para tomar tus decisiones (Si le digo que no, va a pensar que soy una egoísta y que no la quiero ayudar, esto es una suposición). Por otro lado, decir que NO a algo, no es rechazar a la persona que te lo ha pedido, son cosas distintas y separadas.
IDEA: no utilices suposiciones para tomar decisiones y ten en cuenta que rechazar la petición no significa rechazar a la persona que te la ha hecho.
También pasa, a veces, que nos creemos superwoman, que creemos que podemos con todo (normalmente sacrificando este tiempo que necesitamos para cuidarnos y para nosotr@s). Es importante tener claro nuestras capacidades, nuestro tiempo y nuestra energía.
IDEA: valora bien si eres capaz y tienes el tiempo para comprometerte con lo que te piden.
Por último, solemos creer que tenemos que ofrecer siempre y a todo una respuesta inmediata. Pero dando una respuesta inmediata, no tenemos tiempo de valorar todo lo que necesitamos valorar para saber si nos podemos comprometer o no con lo que nos piden.
IDEA: no tienes que dar una respuesta de manera inmediata, puedes contestar que necesitas tiempo para valorarlo antes de comprometerte.
Así, que la próxima vez que te hagan una petición, te sugiero que te hagas estas preguntas:
¿Quiero hacerlo?
¿Hacerlo me ayuda a acercarme a mi visión de cómo quiero vivir mi vida?
¿Está en línea con mis prioridades?
¿Tengo el tiempo, las capacidades y la energía para hacerlo?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es NO, está va ser la respuesta que tienes dar a la petición. Firmemente, sin justificarte, simplemente di NO y puedes añadir la explicación de porqué ésta es tu respuesta.
Y a ti, ¿te cuesta decir NO?