Primera Parte.
Desde hace unos cuantos años que estoy en el duro oficio de escribir, he probado diferentes géneros, poesía, prosa, reseñas, novelas y cuentos, cada uno con sus características.
En éste artículo les quiero hablar del cuento, a modo de introducción, para irnos familiarizando con el tema.
Lo primero a tener en cuenta, es que debemos ser unos asiduos lectores para poder escribir con cierto nivel y estilo, a diferencia de lo que se cree el escritor debe leer mucho, no para copiar, si no para tratar de escribir diferente de todo lo que lee.
Algunos escritores recomiendan antes de escribir, leer artículos de un periódico o algo parecido, mi recomendación es leer con constancia, pero leer dirigido, se debe saber bien que leer, después vendrá el estilo por el que finalmente se conocerá al escritor.
A la hora de adentrarnos en éste difícil mundillo de la escritura de cuentos te recomiendo empezar por los maestros del arte de narrar.
Primero: Horacio Quiroga. Maestro del idioma Español.
Segundo: Edgar Allan Poe: Maestro del idioma Inglés.
Tercero: Anton Chejov: Maestro del Idioma Ruso.
Cuarto: Guy de Maupassant. Maestro del Idioma Francés.
Cuatro poéticas totalmente diferentes, que le darán al lector cuatro perspectivas bastante amplias de lo que se ha escrito y de la infinidad de posibilidades a la hora de escribir una historia.
Me gustaría compartir algunos de los puntos, que a mi modo de ver son de los más importantes del Decálogo del perfecto cuentista de Horacio Quiroga.
Dice el maestro No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En lo personal solo tengo algunas ideas en la cabeza y comienzo mi historia, a veces escribo el final y voy hilvanando la historia hasta que ya toma la forma final.
No adjetives sin necesidad. En especial eso, huye lo más que puedas de los adjetivos, de las frases trilladas, de los cuadros amorosos, de las terminaciones (mente), las repeticiones de palabras en la misma página y en general.
Cree en un maestro. Sí, hay que leer de lo mejor que se ha escrito, Julio Cortazar, Augusto Monterroso, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, Willian Faulkner y una extensa lista de autores de vanguardia.
En un cuento no se deben utilizar las rimas, el endulzamiento que existe en la poesía, el cuento es como una bala, un disparo preciso, poco tiempo para impactar en el objetivo. Decía Ernest Hemingway que todo lo que se le pueda quitar a una historia y siga funcionando entonces sobra. Eso es parte del cuento, velocidad y acción.
En la actualidad el mundo se va complejizando y somos constantemente atropellados por miles de artículos de periódicos, de la era digital en general. Entonces hay que darle naturalidad al cuento moderno, crear nuevas perspectivas para llamar la atención de un público cada vez más exigente y carente de tiempo, ya no estamos en la era de los cuentos de cincuenta folios o más.
Augusto Monterroso tiene el cuento más corto del mundo. El dinosaurio.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Ese es un cuento corto de mucha intensidad. En una pincelada, nos cuenta, un sinnúmero de cosas que nos llegan a la mente, la verdadera historia la crea el lector, pues quedan miles de interrogantes por resolver. Y en ese mundo mágico o real maravilloso trascurre está historia, ese conflicto tan preciso.
Ese es el inicio del escritor, encontrar una temática que le guste, enfocarse en la forma de contar la historia y comenzar a escribir, mantener el lector atento y nunca apresurar el final.
El final tan importante como cualquier parte de la historia, inesperado, preciso y con la esperanza de dejar al lector, como los peces que se tragan el anzuelo.
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