Revista Creaciones

Aprender a mirar para contar

Por Masqueudos

Dice Luis García Montero en su libro “Lecciones de poesía para niños inquietos” que hay que aprender a mirar. A mirarse a los ojos y a mirar el mundo. Porque si no te lo pierdes todo. Un gato que se cruza y se esconde debajo de un contenedor. Ese anciano que va a cruzar en rojo y viene un coche. La niña que llora porque no quiere ir al cole. El guante que se cae del bolsillo. Tú que avisas y lo recoges.

Aprender a mirar para contar

Parece ser que hay gente que anda por la calle sin curiosidad, con los ojos cerrados, como si no le interesase lo que pasa a su alrededor. Esa gente no se da cuenta de que es muy importante mirar todo bien. No echar un vistazo ver a través sino mirarlo. Y hacerlo bien. Con curiosidad, con ánimo.

Ilustración de Luisa Uribe

Porque después de eso, lo segundo más importante es contarlo. O sea, después de mirar, sacar tus propias conclusiones y utilizar tus palabras para contarlo.  Porque la palabra es lo más humano y lo más nuestro que tenemos, es lo que nos hace diferentes de un mono o de un cerdo, lo que nos permite hablar, escribir y compartir. Cuando conoces muchas palabras y sabes también cómo y cuando utilizarlas, puedes decir con la mano en el pecho “palabra de honor” o jugar a inventar metáforas que solo tienen sentido para el que sabe esas palabras. Puedes sacar una sonrisa con una palabra, y hacer llorar. Con ellas, nos convertimos en una  conversación. Por tanto, compartir palabras es también compartir una pequeña parte de nuestra imaginación.

Aprender a mirar para contar

Os recomendamos la lectura de este imprescindible libro de Luis García Montero,  y también la película- documental “Aunque tú no lo sepas” que repasa su trayectoria y su necesaria forma de mirar el mundo. Y de compartirlo con palabras.

Artículo publicado en Salamanca RTV al Día


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