El aprendizaje es algo innato en el ser humano desde que nacemos, y en el contínuo desarrollo de nuestras vidas, estamos sistemáticamente y en muchas ocasiones sin ser conscientes aprendiendo. Aprendemos de nuestra familia, de nuestras amistades, de nuestro entorno laboral, aprendemos en vertical y en horizontal. Lo hacemos de cualquier forma. Es decir aunque se puede cambiar y cambiamos contínuamente el modo de aprendizaje (las reglas del juego cambian), el fin sigue siendo el mismo. Crecer en sabiduría y también en conocimientos.
Las actividades lúdicas o recursos de ocio, permiten tener una mayor y más amplía gama de percepción del aprendizaje. El ser humano como ser social está ávido de relacionarse, y los recursos de ocio le permiten afianzar y aumentar su rendimiento a través de la diversión que en ningún caso está reñida con la profesionalidad o seriedad. Estos recursos de ocio permiten ser enfocados de múltiples formas con el único fin de conseguir un alto rendimiento en la productividad de cualquier trabajador. Así pues convertimos a ocio y marketing en compañeros de viaje, un viaje con infinitas rutas e infinitos destinos.
Realmente Ocio y Marketing están esperando, ya algo cansados de la espera, a que el usuario les de los billetes para el viaje, tienen las maletas hechas, llenas de procesos creativos, recursos de ocio y marketing, incentivos, estrategias de mil sabores. Tienen maravillosos proyectos de Team Building creados con resultados inimaginablemente armoniosos de realidad pasmosa. Ocio y Marketing cada vez que trabajan juntos fortalecen más y más sus vínculos, empequeñeciendo al miedo, experto camaleón.
Recursos de Ocio y Marketing están a punto de unirse, lo sabrás porque verás sonrisas en los ojos. Date prisa, queda muy poquito.