El laicismo no es un añadido eventual sino elemento consustancial de la democracia desde su origen. Defiende la distinción entre dos dominios: el de las creencias, que son personales, libres y variables, y el de los conocimientos, que son comunes e indispensables para todos.
La delimitación del ámbito público determina las competencias legítimas del Estado y sus obligaciones. La del ámbito privado establece la neutralidad de las instituciones públicas en materia de creencias y convicciones personales para respetar la libertad de conciencia y la igualdad de todos ante la ley. Estos son los dos ejes vertebradores de la filosofía del laicismo que debe conformar al Estado democrático.
En consecuencia, la escuela pública en un Estado democrático ha de ser universal y laica. En tanto no lo sea plenamente, con dificultad puede calificarse de democrático al Estado en cuestión.
Este libro está constituido por diversas aportaciones, con el objetivo de analizar el significado de la enseñanza laica y fomentarla. Como no todos los que han participado en su elaboración parten de los mismos principios, ni aplican idénticas estrategias, pueden observarse algunas contradicciones o distintas interpretaciones en las diferentes propuestas que se hacen. No hay nada por lo que preocuparse: esa es la riqueza que desea aportar al debate.
http://www.milrazon.es/Libros/aprender-sin-dogmas-relaciones-estado-iglesia-ensenanza-laica.aspx
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