De unos años para acá se ha empezado a reconocer la importancia que tienen los idiomas tanto a nivel intelectual, como social y físico.
Esto ha hecho que empecemos a interesarnos en cuál es el mejor momento para aprender un nuevo idioma y cuál es la forma más fácil.
Tras numerosos estudios sobre el lenguaje y su desarrollo en el cerebro, se puede concluir que para conseguir todos los beneficios de una persona bilingüe, debemos comenzar en el momento en el que el cerebro está preparado para asimilar el lenguaje.
Desde el nacimiento, el cerebro del bebé comienza a recoger toda la información que encuentra para organizarla y establecer así sus conexiones. Este es el motivo por el que a los bebés les cuesta tan poco trabajo asimilar dos idiomas al mismo tiempo. Así encontramos niños muy pequeños que son capaces de hablar inglés mejor que adultos que llevan años y años estudiando el idioma. El cerebro de un bebé que está expuesto a dos o más idiomas a su alrededor de forma natural, recogerá una información totalmente diferente al de un bebé monolingüe, lo que provoca que las conexiones cerebrales se formen asumiendo que en su entorno va a tener que interactuar con diferentes formas de hablar, ejercitando así algunas partes que solo usan las personas bilingües, permitiendo a la persona poder cambiar de un idioma a otro sin ningún tipo de esfuerzo siendo la forma más natural que existe.
Esto nos indica que la forma más fácil de desarrollar el bilingüismo en un niño es integrando al niño en un ámbito en el que escuche indistintamente uno y otro idioma desde el mismo nacimiento.
Aunque lo ideal es desde el primer día, la ventaja es que el proceso de formación de las conexiones neuronales no acaba hasta los 3 o 4 años y medio en el ámbito del lenguaje, y aun así hasta los 8 años se pueden realizar cambios modificando lo establecido anteriormente. Es a partir de los 14 años cuando encontramos más complicaciones para que un niño aprenda ingles, ya que el cerebro deja de ser tan maleable con lo que la forma de aprendizaje del idioma debe plantearse de una forma totalmente diferente, además de no poder conseguir de ninguna forma los resultados que si se hubieran conseguido empezando de niño.
Además, es importante tener en cuenta que siempre vamos a encontrar que cuando un niño es bilingüe tiene un idioma que es el predominante, ya que siempre habrá un idioma que escuche más que el otro.
Escrito por Celia Garabayo
Directora pedagógica en la guarderia bilingüe British Bubbles, con más de 15 años de experiencia en guarderías, educadora en masaje infantil, blogger, colaboradora en guiainfantil.com como especialista en educación bilingüe en edad temprana. Su vida siempre ha girado en torno a su pasión, los niños.
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