Los expertos recomiendan que los niños comiencen el aprendizaje de un segundo idioma cuanto antes, a ser posible desde que son bebés, antes de empezar a hablar, para aprovechar la plasticidad del cerebro y la capacidad del sistema nervioso para adaptarse a los cambios.
Cuanto antes se inicie el conocimiento de una segunda lengua más fácil resultará para el niño, porque la flexibilidad cognitiva se pierde con la edad. Además, se han realizado diversos estudios científicos sobre este tema, y no solo no se han encontrado inconvenientes en el hecho de que un niño comprenda y se exprese en dos idiomas diferentes desde el principio, sino que se ha descubierto que las conexiones neuronales, la memoria y la capacidad de concentración, son mejores en el caso de las personas que son bilingües desde la infancia.
Las ventajas continúan durante el resto de la vida adulta. Así, según un estudio que se publicó en la revista ‘Neurology’, las personas bilingües ejercitan más áreas del cerebro y tienen mayor facilidad para desempeñar diversas tareas a la vez. Además, se estima que la aparición de alzhéimer también se puede retrasar entre cuatro y cinco años en las personas bilingües.
Los neuropsicólogos estiman que el aprendizaje de una segunda lengua reporta beneficios desde el nacimiento, y aconsejan que el bebé conviva de la forma más natural posible con este nuevo idioma. Para ello, hay diversas alternativas para aquellos padres que solo hablan una lengua, como una niñera extranjera, o una guardería bilingüe. Lo fundamental, apuntan estos expertos, es la inmersión lingüística en el segundo idioma desde que el niño nace, mientras que el aprendizaje académico y las normas gramaticales ya se abordarán cuando llegue el momento.
Fuente : Web consultas