Revista Coaching

#AprenderGTD: No sé por dónde empezar…

Por Jofoba @jordifortunybad

En el post de la semana pasada te dejé preguntándote cuál era el segundo punto de fricción habitual en los primeros pasos del camino para dominar GTD®. Vamos a verlo.

En realidad, en lo que a sensaciones se refiere, el origen de este es muy similar al que te describía hace unos días. Un «agobio» que te abruma y paraliza.

La lógica percepción inicial de que estás frente a «algo muy grande» hace que te parezca inabarcable. ¿Todos los aspectos de mi vida organizados en un sistema, en una mente externa? ¡Anda ya!

En este caso, el punto de fricción es el no saber por dónde empezar. 

Te contaba que, si lo querías dejar todo a cero, no ibas a empezar nunca con GTD®. Ahora lo que pasa es que no sabes por dónde empezar. Vas dándole vueltas y vueltas y más vueltas. Los cinco pasos, las herramientas de captura, las diferentes listas de recordatorios, los horizontes de enfoque… todo hecho un ovillo en tu cabeza.

Pasas los primeros días teniendo pequeñas escaramuzas con la metodología, pero sin terminar de concretar. Creas tu sistema de listas, pero no lo llenas. Y sin haber terminado de ponerlo en marcha, ya lo estás cambiando. Practicas el paso de aclarar y defines dos o tres proyectos, los organizas y, antes de revisarlos ni una sola vez, ya estás pensado en cómo los vinculas con las siguientes acciones, etc.

Vas intentando encajar las diferentes piezas para tener la foto completa antes de empezar. Como si necesitaras que todo funcionara como un reloj suizo antes de tomártelo en serio. Pero esto no va así. 

Como va en realidad es como cuando haces un puzzle. Empiezas por el contorno, o por una imagen bien perfilada y, a partir de aquí, pieza a pieza el conjunto va creciendo y tomando forma. Y en la medida que ensamblas más piezas, más clara está la imagen y más rápido colocas el resto.

En la formación GTD® oficial tienes la ventaja de que te vas con el sistema montado debajo del brazo y con buenos consejos sobre cómo recorrer el camino. Aún así, sobreponerte a esta sensación intimidatoria inicial sigue siendo un reto. 

En el caso de personas que empiezan el camino de manera autodidacta —o mal aconsejadas— este punto, más que de fricción, termina siendo punto negro. ¡Es tan complicado que no he logrado ni empezar! ¡No lo voy a conseguir nunca!

Mira, te lo digo claramente, puedes empezar —y funcionar muy bien durante muchos años— sin ningún checklist, sin tener claras tus áreas de responsabilidad y sin necesitar a Siri para capturar. No añadas más ruido del necesario en estos momentos iniciales.

Volviendo al símil del puzzle, si con uno de 300 piezas tienes bastante, ¿para qué complicarte con uno de 10.000? Domina el de 300 y luego ponte con el de 10.000. Si empiezas con uno de 10.000, seguro que lo vas a aborrecer. Este y todos los puzzles del mundo.

Para superar este punto de fricción, céntrate en lo fundamental. Y aquí puedes empezar por cualquier sitio. Lo importante es que empieces. Ponte en marcha y todo se te irá haciendo más claro a medida que avances.

¿Tu ecosistema de bandejas de entrada y herramientas de captura tiene que ser perfecto el primer día? No. ¿Necesitas más contextos de los que se definen como básicos? No. ¿Necesitas tener tu lista Algún día/Tal vez dividida en «nosecuantas» otras listas? No.

Todo esto lo perfeccionarás en la medida que vayas avanzando. Nadie ha empezado el primer día teniéndolo todo «niquelado». Los básicos son los básicos, enfócate y céntrate en ellos, reduce el espectro de lo que te intimida e inquieta.

Si lo haces así, mientras otros aún estarán probando herramientas, tú ya estarás pilotando tu vida a otro nivel y beneficiándote de todo el valor que te aporta GTD®.

Empieza y déjate de rollos. Porque, al final, lo que estás haciendo es procrastinar vilmente. Y lo sabes 😉

Photo by Ben McLeod on Unsplash

La entrada #AprenderGTD: No sé por dónde empezar… se publicó primero en Efectivitat.


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