Empecé en esto de hacer jabones, cuando mi madre me dijo “¿Sabías que se puede hacer jabón con aceite usado?” y en mi afán con reciclar y reutilizar mezclado con curiosidad, investigué cómo se hace jabón con aceite, me parecía la mejor forma de no contaminar el medio ambiente, bastante dañado ya de por sí, añadiendo más aceite usado de la cocina.Conseguimos hacer jabón con la idea de usarlo para fregar el suelo, sin batidora, sin casi medidas de seguridad (ups!), se nos cortó alguna que otra vez, novatas totales.De todo esto, hace ya algún tiempo.
Fuimos a un taller de elaboración de jabón con aceite, muy básico, aprendí varias cosas, y seguimos haciendo jabones, o más bien yo.Amplié el uso del jabón hecho con aceite usado a la limpieza de la ropa. No recuerdo la última vez que compré detergente para la ropa.Comentándolo con una amiga, esto de que hacía mi propio jabón, me sugirió la idea de hacer yo misma un taller, para enseñar cómo se puede hacer nuestro propio jabón con el aceite usado de casa, y en ese momento en mi cabeza hubo un clic.Al cabo de algunos meses hice el taller, muy básico también, la mayoría gente conocida. Para mí fue una experiencia muy enriquecedora, me lo pasé bomba y me quedé con ganas de más.
Seguí curiosa con esto de los jabones, y busqué webs, blogs de jabones artesanales, y vaya, qué cantidad de información, de fotos de jabones estupendos, varios días estuve entretenida leyendo y curioseando, y empecé a tener la inquietud de hacer jabones para la piel, más elaborados, dejando de un lado el aceite usado para limpiar el suelo y ropa.
Busqué algún curso on line, hice uno, y aprendí bastante. Pero como más se aprende es precisamente haciendo jabón, como todo en esta vida, hay que practicar, errar y mejorar.Así llevo poco más de un año.Y en este tiempo he aprendido a pasos agigantados, sobre la concentración, el sobreengrasado, los aditivos, controlar la traza, y lo que me queda todavía…A finales del mes de noviembre y principios de diciembre nace la página en Facebook y este blog, y no me puedo quejar de la aceptación.Me han preguntado varias veces por qué mis jabones se llaman Jabones felices, y la respuesta en muy sencilla. Como persona curiosa y que le doy “bastante a la olla”, llevaba tiempo reflexionado con eso que llaman felicidad, en qué consiste, qué me hacía feliz, si me sentía feliz, si sabía ser feliz, qué necesito para serlo, etc.Llegué a mis propias conclusiones, y no es más que he aprendido a ser feliz, a dejar a un lado las cosas que no me aportan felicidad, o por lo menos lo intento, que ser feliz no significa está riéndote todo el tiempo, que hay días de bajón, pero la actitud es la de sigo adelante. La felicidad es más bien una actitud, querer mejorar tu vida, cosa que se hace cuesta arriba cuando las circunstancias no te lo ponen fácil, pero bueno, es que hay que seguir.Por eso mis jabones son Jabones felices, porque me hace feliz hacerlos, porque no podían llamarse de otra forma.
Me hace feliz muchas cosas más, pero como este blog es de jabones, me centro en esto.Por eso también en la página de facebook publico tantas citas relacionadas con la felicidad y por eso a cada jabón le “adjudico” una frase y con ella se queda.
Y aquí sigo, haciendo jabones, aprendiendo a mejorarlos, equivocándome y corrigiendo, apuntándolo todo, dándole vueltas a la cabeza de nuevos jabones, leyendo y documentándome mucho, aprendiendo, en definitiva.Gracias a las personas que siguen este blog y lo leen.Gracias a las personas que siguen la página de facebook, le dan a “me gusta”y comparten lo que publico.Y sobre todo, gracias a todas las personas que se han interesado en mis jabones y siguen interesándose.
Gracias mamá.
Gracias, gracias, GRACIAS.
No puedo terminar esta entrada sin poner dos de mis citas favoritas sobre la felicidad:
“Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad”(Pearl S. Buck)
"Una sonrisa en mi rostro no significa
la ausencia de problemas,
sino la habilidad de ser feliz
por encima de ellos" (?)