Revista Infancia

Aprendiendo.

Por Anaperezllinares
El pasado sábado asistí a una charla de Yolanda González, autora del libro "Amar sin miedo a malcriar". 
La verdad es que salí de la charla encantada, aunque también he de decir que Yolanda llama a las cosas por su nombre, lo que, al menos en mi caso, anima a la reflexión, la autocrítica y a que se despierten las ganas de hacer las cosas un poco mejor.
En la charla se tocaron muchos temas y, aunque sé que no voy a ser capaz de hacerle justicia, voy a tratar de resumirosla por encima y a grandes rasgos, tratando de citar los puntos que considero que son principales (si alguien más asistió a la charla y la interpretó de otra manera, o piensa que me equivoco en el modo de exponerlo, agradecería que me lo hiciera saber, puesto que yo, aunque intento ceñirme a lo que escuche, lo cuento desde lo que yo entendí y puedo no ser todo lo exacta que me gustaría).
La charla tenía como título "Empatía en la primera infancia" y, como su mismo nombre indica, giraba en torno a la capacidad, escasa en muchas ocasiones, que tenemos los adultos para entender las necesidades de nuestros hijos, ponernos a su altura y ver el mundo desde sus ojos.
Yolanda nos habló de los diferentes tipos de vínculos que había: el seguro y el inseguro (de este tema ya hable en otro post) y de como los  niños que tenían un vínculo inseguro eran los que socialmente eran mejor aceptados...niños que no lloran cuando mamá se va y aceptan con indiferencia la separación, lo que comúnmente se entiende y se cataloga como "niño bueno". En cambio, los niños que gritan y lloran cuando mamá se va, que reclaman su presencia,  los que generalmente se dice que son los niños "malcriados" , son los que tienen un vínculo seguro.
Habló de la importancia de proporcionar a nuestros hijos un vínculo seguro y de la importancia de respetar sus ritmos.El hecho de escolarizarlos o quitarles el pañal, por poner dos ejemplos, antes de que estén preparados, no es algo inocuo (como a veces nos quieren hacer creer) sino que tiene consecuencias.
Con respecto al pañal y en relación con varias preguntas que le hicieron, Yolanda afirmaba que el pañal solo debería quitarse cuando el niño está preparado. Y sabremos que está preparado cuando pasa por una serie de etapas previas: decir pipi o caca una vez ya se ha hecho, y posteriormente empezar a decirlo justo antes de que ocurra. A partir de ese momento podremos tratar de quitarlselo no temiendo a volver atrás y volvérselo a poner, si consideramos que le genera estres o que aún no está preparado. Para ella, quitarles el pañal porque en el cole lo exigen, sin tener en cuenta en que punto se encuentra el niño, es un error que puede tener consecuencias negativas para ellos, como por ejemplo sufrir de estreñimiento (muchos pequeñines se niegan a hacer caca sin el pañal y retienen todo lo que pueden).
Respecto al colegio, nos dijo que tenemos que observar cuando nuestro hijo está preparado, porque cuando lo esté será capaz de ir sin llorar. La mayoría de niños de tres años ya asisten al cole (algunos de ellos desde edades muy tempranas) y no todos están preparados para ello. Por lo tanto, Yolanda nos anima a observar las señales que nos envía nuestro hijo, a escucharle y a valorar si está o no preparado.En relación a esto y en respuesta a una pregunta de una mamá que decía que ella necesitaba obligatoriamente llevar a su hijo al colegio ese año y quitarle el pañal (lo que le estaba causando problemas), Yolanda dijo algo que me encantó, aunque soy consciente de que a muchos con poca capacidad de autocrítica no les gustaría mucho oir y es lo siguiente:
Los primeros seis años de vida de nuestros hijos son fundamentales en su desarrollo, pues es a lo largo de estos años cuando se forma se carácter. Nuestros hijos a esas edades no son capaces de decidir, de elegir o de defenderse, por lo tanto es nuestro trabajo como padres el proteger y velar por preservar esa primera infancia. Y preservar esa primera infancia implica llevar a cabo una crianza saludable, lo que generalmente dista mucho de los modelos socialmente aceptados.  Si consideramos que es imprescindible llevarlos al cole antes de que esten preparados u otras muchas cosas que se hacen habitualmente, tenemos que tener claro que nos estamos alejando de lo saludable y adentrandonos en lo patológico. Por lo tanto, cada uno tiene que valorar su caso, ser consciente de lo que puede y no puede hacer, pero tener claro que todas estas "pequeñas" cosas tienen consecuencias.  De hecho, Yolanda afirmaba que en muchos casos, a la edad de 6 años ya se podía intuir si un niño iba a sufrir de adulto problemas de dependencias, bien fuera a las drogas o a otras muchas cosas, puesto que estas surgían de carencias de la infancia y que, la drogadicción en concreto, estaba relacionada con la oralidad, durante los primeros tres años.
Soy consciente de que algunas personas pueden interpretar esto como una amenaza o una crítica,  pero creo que la intención no es culpabilizar, sino hacernos sentir hasta que punto somos responsables del bienestar de nuestros hijos y que tenemos que velar por el. A partir de ahí, cada uno sabe a que situación se enfrenta y hasta donde puede llegar, pero debemos hacerlo desde la consciencia y sabiendo lo que nuestras decisiones implican.
El discurso de Yolanda me encantó no porqué siguiera mi linea de pensamiento y valorara positivamente todas mis acciones, puesto que hizo criticas bastante duras con respecto a temas como la televisión , que ya os he dicho con anterioridad que David ve más de lo que me gustaría. Me gustó porque  me resultó franco, claro, sin concesiones. Me gustó porque me hizo enfrentarme a mis decisiones y ser autocrítica conmigo misma, aceptando mis errores y valorando sus consecuencias.
Sin duda, recomiendo leer su libro y escucharla si teneis ocasión. Pero hacerlo únicamente si vuestra intención es crecer como padres y como personas, si teneis capacidad de autocrítica y de reconocer y asumir vuestras culpas y errores, aceptando que no lo hacemos todo bien y por lo tanto que no somos perfectos, aunque tengamos la mejor de las intenciones, porque de lo contrario, Yolanda y su charla no os gustarán en absoluto.
A mi me ha encantado...me dejo muchas cosas de las que se habló y muy importantes, pero me cuesta resumir y procesar tanta información. Me quedé con ganas de más, por lo que no dudaré en volverla a escuchar en cuanto tenga ocasión. 
Pero también he de decir que salí de la charla con dolor de cabeza y dando mil vueltas a muchas cosas. Porque no es fácil aceptar y asumir nuestra responsabilidad real, ni las consecuencias de nuestras decisiones...y me hace replantearme temas como la retirada del pañal y el cole, en los que tengo tantas inseguridades.
En conclusión, creo que he aprendido mucho de Yolanda, pero los aprendizajes no siempre son fáciles.

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