Revista Ciclismo

Aprendiendo a pedalear redondo (I)

Por Rafael @merkabici

 

Todos los aficionados al ciclismo han escuchado alguna vez la expresión “pedalear redondo” como sinónimo de máxima eficiencia sobre la máquina y una cierta elegancia en la postura. Es algo más complicado de explicar que de intuir, dado que hablamos de un elemento eminentemente visual.

 

Eminentemente, pero no solo. Y es que una correcta técnica de pedaleo nos permitirá aprovechar al máximo nuestras fuerzas, sin malgastar nada de energía en nuestros gestos y consiguiendo así una optimización del binomio bicicleta-ciclista sumamente deseable.

 

Pero, ¿cómo conseguir el tan ansiado pedaleo redondo? Hoy en día existe el sistema rotor, que te elimina los puntos muertos en tu pedalada y al cual nos referiremos extensamente en otro artículo. Pero en estas líneas vamos a intentar aprender a realizar este pedaleo redondo de forma natural y armoniosa con diez sencillos consejos.

 

  1. Siempre sentado, Cuando hablamos de pedaleo redondo nos referimos a nuestra técnica y estilo mientras estamos sentados en nuestra máquina. Por ello para ensayar la eficiencia de dicha técnica deberemos hacerlo siempre sentados, puesto que de esta forma conseguiremos emular las condiciones donde más aprovecharemos la fluidez en la pedalada. Además, piensa que cualquier ciclista pasa mucho más tiempo sentado en su sillín que alzado sobre él.
  2. Cadencia. Cuando hablamos de pedaleo redondo no lo hacemos de ir “suelto” o “atrancado”. Cada ciclista tiene su propio estilo, y este puede ser funcional independientemente de su cadencia. Por ello ciclistas con pocas pedaladas por minuto como Bugno o Ullrich tenían un perfecto estilo de pedaleo, igual que otros como Jacques Anquetil lo conseguían con mayor fluidez. Lo importante es encontrar el ritmo al que nos sintamos más cómodos y gastemos menos energía.
    Poulidor: ejemplo de pedaleo feo pero eficaz

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  3. Lo que pedalean son las piernas- El gran Bernard Hinault dejó una frase tan gráfica como certera cuando dijo que se debería poder tocar el piano mientras se anda en bici, incluso subiendo un puerto. El corajudo bretón se refería a que toda la fuerza del pedaleo debe provenir de las piernas, y no de los chepazos o tirones de los brazos. Intenta mantener la espalda recta y los hombros totalmente inmóviles mientras pedaleas y sentirás el placer de una pedalada más eficaz y elegante.
  4. Intenta ser una estatua. Para conseguir su sofisticado y perfeccionado estilo de pedaleo el normando Jacques Anquetil tenía un sistema tan llamativo como eficaz. El maestro de la crono subía a la cima de un puerto cercano a su casa y afrontaba la bajada, plagada de largas rectas donde alcanzaba velocidades de vértigo, con el mismo desarrollo con el que había subido, siempre dando pedales lo más rápido que podía. Y, sobre todo, sin dar saltitos en el sillín. Solamente así conseguía la técnica de pedaleo fluida que era marca de la casa.
    El gran Anquetil

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  5. Entrena en tu gimnasio. Conseguir lo anterior parece algo complicado, e incluso podrías pensar que es peligroso hacerlo en carretera abierta. Pero puedes intentar hacerlo en tu gimnasio sobre tu bicicleta de spinning. Cuando el monitor grite al grupo que esprinte, que mueva las piernas lo más rápido posible, tú mírate al espejo y céntrate sólo en las piernas, sin saltar sobre el sillín ni balancear los brazos. Tendrás menos cadencia al principio, pero estarás conformando una técnica de pedaleo más perfecta.

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