Cuando una persona comienza a experimentar el sufrimiento
de la vida, empieza al mismo tiempo a tener conciencia de
realidades más profundas y más válidas, pues el sufrimiento
destruye las complacencias de nuestras ficciones habituales
acerca de la realidad y nos obliga a despertar en un sentido
especial: a ver con cuidado, a sentir con profundidad, a
establecer contacto con nosotros mismos y con nuestro mundo,
y a hacerlo de maneras que hasta entonces habíamos evitado.
Ken Wilber
La conciencia sin fronteras