Se cumplen exactamente 8 años desde que Adrian Smith (1944) decidiera emprender su propio camino alejado de la firma de la que era socio y a la que había dedicado cuarenta años de su vida profesional. A.S. tenía 62 años por aquel entonces y el futuro que le esperaba era la jubilación.
En las firmas de siglas de las que hablamos a veces, los planes de carrera acaban con la salida del socio de la firma, tras unos 2-3 años de transición que sirven para ir perdiendo peso societario e ir facilitando la sucesión. Con 65 años ya está fuera, y tu vínculo se transforma hacia algún labor representativa, honoraria, o de asesoría en temas puntuales.
Son éste tipo de historias las que estimulan y animan, a la vez que en cierto modo nos ridiculizan a todos lo que siempre encontramos excusas para no apostar fuerte.
Oficina de ASGG en el Loop de Chicago. 111 West Monroe, un rascacielos de 23 plantas diseñado por SOM a finales de los 50.
Adrian Smith tiene un plan.
A Adrian Smith no le hacen falta presentaciones. El que fuera socio, CEO y el llamado “rainmaker” de SOM quería otros diez o quince años más de batalla, y en Noviembre de 2006 se mueve junto con sus dos nuevos socios Gordon Gill y Robert Forest a pequeña oficina en Chicago con mobiliario usado. Alli nació Adrian Smith + Gordon Gill Architecture.
“I should have done it years ago” declaraba en 2008 a una entrevista para el Chicago Tribune
AS+GG tenía claro su camino:
- Atacar el mercado global.
- Vender su “expertise” y desarrollar su línea de investigación; AS+GG tiene amplia experiencia en rascacielos e investiga activamente en la reducción de la huella de carbono en edificios en altura.
Para ello se elaboró un plan de negocio en el que se marcaba cómo objetivo obtener 5 millones US$ en contratos el primer año de vida.
La nueva sociedad se aprovisionó con, 25 profesionales – 7 en el inicio – y un préstamo a 10 años de 3,1 millones de US$ avalado con los ahorros personales de los socios.
El objetivo era construir en tiempo record una infraestructura mínima y eso significaba al menos tener un equipo de 70 personas como mínimo.
“Es una jugada de riesgo ya que no teníamos ninguna promesa de trabajo y apenas el dinero suficiente para aguantar hasta hacerla funcionar”. Declaraba en Julio de 2007 al UIC Alumni Magazine.
La primera partida: estructurar su salida y los primeros clientes.
Adrian Smith, toda una institución para la firma, se llevó los diez proyectos que llevaba entre manos y obtuvo un acuerdo con SOM para hacer de “consultant case” en caso de que el cliente así lo solicitara.
El arranque, como casi todos ,fue duro. Smith se fue a visitar a todos sus clientes potenciales en Estados Unidos, Londres, Dubai o China.
Supuso unas 150.000 millas al año en vuelos ( que es como ir y volver de Chicago a Hong Kong unas 10 veces) para cazar proyectos en Oriente Medio, Asia y África; además de unos 250.000 US$ del propio bolsillo de Adrian Smith para cubrir las pérdidas a final del año 2007.
Estas cosas son habituales hasta en los casos de éxito.
Pero en Enero de 2008, le empezaron a llegar los contratos; un complejo futurista en Abu Dhabi, algunos trabajos en el propio Chicago como la renovación energética de la torre Sears.
A por el siguiente milestone
El balón de oxígeno hizo que AS+GG planteara un nuevo salto que consistía en triplicar la firma de los 37 arquitectos (Febrero de 2008) a los 150-200 y alcanzar entre 40-60 millones de US$ en contratos. Eso tan sólo un año y medio después de su fundación.
“Una vez llegados a ese punto, estaremos en disposición de competir con los grandes”
En Diciembre de 2008, AS+GG eran 185 empleados y tenían 37 proyectos en los tableros.
Sus dos mercados estrella, son Oriente Medio y Asia. De ahí sale más de la mitad de proyectos y propuestas, y por tanto la bancarrota inmobiliaria de Dubai – que hasta entonces no se había enterado de la crisis – le hizo bastante daño. Meraas paralizó indefinidamente los cuatro proyectos en Dubai y a AS+GG le costó el 20% de la plantilla. No fue un buen inicio de 2009….ya que seis meses más tarde tuvo que prescindir de otro 20%.
Asia fue el salvavidas. La inercia post-Juegos Olímpicos que arrastraba China y cuya cola todavía duraría varios años, volvió a dar alas a la firma: abrió despacho en Pekín con motivo del Hotel Waldorf Astoria que hizo con BIAD, el desarrollo para Franshion en Beijing o la torre para Greenlanden Chengdu.
Entre 2010 y 2012 el sector en general se resintió muchísimo, y sólo los que tenían una perspectiva global – y si te dedicas a hacer torres tu mercado es necesariamente global – podrían compensar las caídas en unos mercados con la actividad en otros. El “global approach” cuesta dinero al principio, para que luego no te cueste la vida.
Lo que ha venido después ya lo conocemos: La vuelta a Oriente Medio de la mano del super rascacielos Kingdom Tower en Arabia Saudi en 2013, el proyecto para Expo en Astana (Kazhajistán) o los Dancing Dragoons Towers en Seúl a finales de 2012.
Según datos de ENR la firma permanece estos dos últimos años estable y cifra su volumen de negocio en el exterior en casi 30 millones de US$.
KFI. Korean Federation Industries. Torre de 50 plantas y 240 metros de altura inagurado en Diciembre de 2013.
¿Qué es lo que me gusta de ésta historia?
Su visión Born global: una suposición que se está convirtiendo en realidad.
Es una idea a la que le llevo dando vueltas desde hace tiempo, y quizá me gusta ver como las aventuras de otros la validan. Creo que cada vez se darán más casos de estudios de arquitectura que nacerán directamente para ir al mercado global.
Me gusta también la lista de ítems que arroja el estudio del caso en cuanto profundizamos un poco:
- Planteamiento de equipo.
Un equipo de “ganas y canas” (socios que se llevan 20 años de diferencia). Por supuesto complementario en diseño-gestión: Smith es Senior Design Partner y Gill es Managing Senior Partner
- Cultura y ecosistema.
Cultura de empresa “Green Tech”. Podría ser cualquier otra, pero el caso es que AS+GG tiene una personalidad propia, no es la reproducción de SOM, ni el culto al cuerpo de su líder.
Es gente rodada en edificios en altura que viene de una firma top; el líder es toda una autoridad en la materia con extenso network; experiencia internacional de los fundadores,etc… es lo que yo llamo un entorno “armado”, consistente. Parece que tiene sentido, y eso da credibilidad.
- Un mercado definido, medible y por tanto abarcable.
Es un nicho muy claro, donde se puede cuantificar el mercado, identificar la competencia y además un modelo de negocio muy concreto y probado.
Unos 90 rascacielos de más de doscientos metros de altura, se proyectan al año para ser construidos en todo el mundo. Cuando AS+GG dice que quiere obtener contratos por 5 millones de US$, lo que dice es que se trata de cazar uno!
Desde el día uno tienes un portfolio detrás que “vender” a tus clientes. El edificio en altura es un objeto con mucha notoriedad, no es difícil encontrar a los actores que están detrás de cada desarrollo.
Pero lo que más me gusta, es que no deja margen a las excusas.
Si alguien con más de 60 años, que lo normal es que esté pensando en su jubilación en California, se juega los ahorros de toda una vida y se hace 150.000 millas al año para perseguir a sus clientes potenciales alrededor del mundo, los demás no tenemos excusas para no salir a torear.
Artículo publicado en expansión co el título “No tenemos excusas”