Aprisionados.
La libertad siempre se nos aleja
tras el simple beso de una dama,
vamos así perdiendo pues la calma…
Quedándonos sin más la moraleja.
Y es que el amor es una mierda,
infame hervidero de pasiones,
asesino cruel de los corazones…
un peso inmenso que nunca cesa.
Dame mujer entonces tú la cura,
arranca de mi pecho tu figura…
Dejándome al fin la paz silente.
Que no me enamore nuevamente,
ni nunca pierda más yo mi cordura.
Ay maldito amor tan absorbente.
-Aprisionados-