Aprobar un examen no es aprender

«Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo» Benjamin Franklin

El actual sistema educativo se basa en realizar una serie de exámenes con el fin de conocer si los alumnos han aprendido los conceptos transmitidos, pero realmente este procedimiento no da garantía de que estos puedan aplicar lo asimilado, ni tampoco tienen la importancia de determinar si un alumno puede pasar a otro nivel o por el contrario debe repetirlo. Y pensar que todo el proceso depende de un examen que tiene más efectos negativos que positivos que afectan tanto a nivel personal como al académico.

-Por un lado, el proceso resulta ser una experiencia angustiosa, si nos paramos a pensar el hecho de estar sentado frente a una prueba que resulte ser determinante te crea una serie de inseguridades que te provocan estrés, tanto antes, durante y después de la prueba sobe todo cuando toca esperar los resultados.

-Por otra parte realmente este proceso no sirve para evaluar las capacidades reales de los alumnos ya que se basa en escribir aquello que ponen los apuntes para poder pasar la prueba, muchas veces no se llega a entender absolutamente nada, por lo que una vez que llega el día solo hay que recitarlo y olvidarlo para dar cabida al cerebro y así asimilar otra información de memoria, tal y como señalan algunas investigaciones el aprendizaje memorístico no tiene ventajas sino mas bien efectos negativos personales como académicos.

-Y cómo olvidar la consecuencia que conlleva todo el proceso, es el fracaso escolar, un fracaso que dificulta el avance del sistema educativo y si tenemos como protagonista a España podemos comprobar cómo está a la cabeza y sigue en aumento el abandono de los estudios ¿Por qué no actuamos? Si miramos mas allá de nuestras fronteras comprobamos como los exámenes se utilizan y tienen buenos resultados, por lo tanto el error no se encuentra  en los exámenes sino el gran problema y por ello las consecuencias reside en tomarlos como el único método de evaluación repercutiendo de manera negativa en el desarrollo de la educación produciendo un retroceso.

Por lo tanto, es mas beneficioso un aprendizaje continuado para así asimilar los conocimientos que son necesarios en cada etapa educativa y que los alumnos deben de conocer pero no hacerlo por imposición ni por el método de asimilar, recitar y olvidar. Cambiando la manera de enseñar se modifica el modo de aprender y por consiguiente la evaluación, una evaluación que destaque por el aprendizaje y el desarrollo de competencias, es decir, un aprendizaje significativo sin importar el nivel de enseñanza que se aplique. Prevaleciendo así un aprendizaje continuado tomando como importante todo el proceso y no solo los resultados.