No soy de hacer balances del año que acaba pero el jueves iba en el coche yo sola sin poder sintonizar ninguna emisora durante una hora entre montañas y ¿qué podía hacer sino pensar en el año que acababa?
Empecé enero con un nuevo trabajo (que termino el próximo domingo y ya tengo otra cosa en mente) que nos ha supuesto un desahogo económico que nos ha permitido hacer muchísimas cosas, no es que la mayoría de las cosas que hemos hecho supusieran un gran desembolso pero el no tener las cuentas en mente a diario te da una tranquilidad que te permite ser tú de nuevo. Además está claro que yo necesitaba volver a tener algo más que mi casa y mis niñas, relacionarme con adultos en un ambiente laboral, tener conversaciones más allá del parque,... me he sentido bien y eso se ha notado.
Es cierto que mi horario es matador pero no he dejado que el cansancio me influya a la hora de planificar actividades.
El invierno con sus nieves y fríos no nos dio mucha tregua pero aprovechamos para hacer nuestro primer muñeco de nieve (si se repiten las nevadas este año tenemos en mente comprar un trineo), para asistir a conciertos y obras de teatro y hacer en casa esas actividades que en cuanto llega el buen tiempo se descartan.
La primavera llegó pronto y el 1 de marzo tengo anotada nuestra primera excursión dominical de mochila y bocata, estábamos locos por ver el sol y aunque fuera con la chamarra puesta pasamos un día genial. Fue el comienzo de múltiples salidas los días que no trabajábamos, las peques disfrutan muchísimo pasando el día bien en un entorno natural bien conociendo otro pueblo o ciudad y a nosotros nos da la sensación de aprovechar los días libres.
Entre estas salidas y fines de semana primaverales en nuestro albúm de fotos anual tendrán su página especial Soria y sus ruinas de Numancia, el Monasterio de Piedra donde vivimos nuestra primera experiencia campingera, la sierra de Aralar y las cuevas de Mendikulo.
Llegó el verano y me dije "hay que aprovecharlo a pesar del cansancio" y lo pasamos a remojo, a pesar de levantarme a las cuatro de la mañana (yo digo que no es madrugar sino trasnochar) muchos días salía del trabajo, iba a casa, preparaba la comida y nos íbamos a pasar el día a la piscina con la nevera portatil, mis amigas me decían que menudo valor para hacer eso pero... ¿qué voy a hacer? ¿encerrarnos en casa porque yo estoy cansada? No, el sol hay que aprovecharlo!
Nos compramos nuestra tienda de campaña de cinco plazas que este año pienso amortizar a tope y aprovechando que mi compañera de trabajo tuvo ciertos problemas y tuvo que cambiar sus vacaciones yo pude disfrutar de una semana al mismo tiempo que el papá de las brujas y nos pudimos escapar hasta el Cabo de Gata, uno de los sitios más bonitos que hemos visitado nunca y donde sin ninguna duda volveremos.
El otoño llegó con las fiestas de San Mateo (otra vez una semana llena de actividades) y con la novedad de que la bruja pequeña comenzó el cole con muchísimas ganas. El tener las mañanas "libre de niñas" me ha supuesto un gran cambio a nivel organizativo, he podido empezar a hacer deporte de manera regular (aunque en el mes de diciembre lo he tenido bastante dejado de lado) y a ocuparme algo más de mí misma.
De nuevo aprovechando el otoño fantástico que tuvimos las salidas y excursiones volvieron a nuestras rutinas, destaco dos excursiones de domingo que nos gustaron especialmente y de las que hablé en el blog, "La ruta de los dinosaurios en Igea" y La senda del Agua. En noviembre en nuestro último sábado libre del año nos fuimos los cuatro a un hotelito en Santoña y ¡estuvimos en la playa! ¿Quién me lo iba a decir a mí?
Semanas después me presenté a unas oposiciones en la que no tenía muchas esperanzas y resulta que ¡tuve un resultado estupendo! Me he animado mucho con esto porque además me han empezado a llamar de la bolsa de empleo de las que hice hace tres años y por eso quiero comenzar de nuevo con un cambio laboral.
Así que puedo decir que 2015 ha sido para nosotros un año genial y estoy segura de que 2016 lo será también porque si pensamos en aprovechar cada estación con sus peculiaridades, en aprovechar cada semana y cada día lo que estamos aprovechando es la vida. Este año no me ha pasado rápido ni se me ha hecho eterno sino que he sido consciente de cada uno de sus 365 días, este año nos ha cundido y eso me hace feliz.