Poco a poco, un dato nuevo procedente de lugares insospechados, aporta algo de luz sobre la familia de «Domenico Greco», su vida y la de los suyos en las tierras insulares de Creta.
Los nuevos descubrimientos de investigadores españoles, griegos o italianos nos ayudan a recomponer datos para un genealogía que hasta ahora, se estanca en cinco generaciones a partir de nuestro personaje, del que conocemos que nació en Candía (Creta) en 1541, por una declaración recogida en 1606, en la que dice contar con 65 años.
El testimonio personal es lo único que tenemos. No obstante quizá podamos mantener la esperanza de encontrar algún dato más entre la documentación que se trasladó a Venecia antes de la conquista de la isla por el turco en 1669.
De ella proceden algunos datos nuevos sobre nuestro maestro. En Candía y sus alrededores existieron desde al menos el siglo XIII hasta el XVII, decenas de pintores. Las fuentes hablan que en el siglo XVI vivían 150 pintores en una ciudad de 15.000 habitantes.
Le Saige, un viajero francés del siglo XVI dice que en 1518 Candía era un gran centro artístico, especialmente de iconos, cuya producción a gran escala se comercializaba en todo el Mediterráneo. En alguna de las mejores escuelas cretenses debió fraguarse nuestro gran genio.
Por sus repetidos testimonios, incluso en sus cuadros como en el San Mauricio, donde firma como «Domingo Theotocopuli, cretense, lo hizo» y otros documentos como el que generó su intervención actuando de traductor en un juicio de la Inquisición, contra un pobre morisco, en el que afirmó que era «natural de la ciudad de Candía, pintor residente en esta ciudad…» y otros documentos, no queda la menor duda de su origen geográfico.
Sabemos dónde nació, cuándo, y el tercer dato básico para su filiación genealógica, sería el lugar y la fecha del fallecimiento. En este caso es lo que mejor conocemos, justificación de Cossio para iniciar su obra (1944), no con el nacimiento sino con la muerte del cretense, que ocurrió en Toledo el día 7 de abril de 1614, precediendo a Cervantes en dos años. Su lacónica partida de defunción, guardada en la iglesia de Santo Tomé dice: «domenico greco.
En siete del falecio domenico greco, no hizo testamento, recibió los sacramentos, enterrose en santo domingo el antiguo, dio velas». Si tomamos su línea ascendente inmediata, llegamos a su padre, llamado Jorghi (Jorge) Theotocopoulos, fallecido posiblemente en 1556, siendo comerciante en Creta.
De su madre no conocemos nada. Contaba con un hermano, Manousos (Manuel), diez años mayor, recaudador de impuestos de la República de Venecia.
Hombre al parecer importante y cercano al poder veneciano a quien servía como funcionario.
Vino a España huyendo por las numerosas deudas que había contraído con la administración. Se afincó en Toledo junto a su hermano. Murió en 1604, siendo enterrado en la iglesia de San Cristóbal. El linaje Theotocopoulos era de origen bizantino. El documento más antiguo que existe supuestamente sobre ellos, en el que aparece su apellido, es un sello de plomo del siglo XIV que se guarda en el Museo de Atenas.
El nombre Theotoki al parecer era muy común entre los griegos y particularmente en la isla de Creta, donde conocemos en 1488 una Marta Theotocopoulina. En el siglo XX aún vivía en la aldea cretense de Fódele una familia con el apellido del Greco, testimonio final de otras del mismo pueblo, donde al parecer se encuentra el solar de este linaje, a solo 20 km. de Candía.
Existen en este lugar las ruinas de una casa solariega que la tradición local adjudica a los Theotocopoulos, donde levantaron una ermita y vivieron, perteneciendo a la comunidad católica cretense, que contaba en el siglo XVI, con un tercio de la población. El apellido Theotocopoulo, lo modificó en Italia, para cercarse al ambiente social, por el de Theotocopouli, utilizando en España las dos versiones, aunque con más frecuencia la italiana.
En Toledo, el apellido, fue usado de diversas formas, en función del oído del amanuense, como ocurre con los apellidos «extraños». (Bien lo sabe quien esto escribe). Theotocopoulos, parece que no se deriva del apellido Theotokis, sino que la terminación «poulos», que significa «hijo de», se añadiría al nombre propio como ocurre en español con la terminación «ez».
Así pues, este apellido de nuestro Greco significaría «hijo de Theotokos», que a su vez es el nombre propio masculino de María, es decir Mariano. Por lo que nos daría finalmente «hijo de Mariano», incorporado como apellido procedente, como decimos, de un nombre propio.
En la línea descendente, damos por conocido que Domenico tuvo un hijo natural con doña Jerónima de las Cuevas, una joven de posible origen converso, con la que nunca se casó, ni vivió. Algunos apuntan a un remoto parentesco con la familia de Santa Teresa. Al niño le pusieron el nombre de su abuelo Jorge y de su tío Manuel.
Nació en Toledo en 1578, donde se casó en 1603 con doña Alfonsa de los Morales de 22 años, natural de Toledo donde había nacido en 1581, bautizada en la parroquia de Santo Tomé, hija de Francisco de los Morales y María de los Ángeles.
Vivió con ellos, al cuidado de sus hijos y de los habidos en los sucesivos matrimonios, Catalina, una hermana de Alfonsa. En 1604 tuvieron a Gabriel, bautizado en Santo Tomé, al que cambian el apellido de su padre y abuelo paterno por el de su madre.
El 30 de octubre de 1621 profesaba en el convento de San Agustín, junto a la Puerta del Cambrón, renunciando a favor de su padre Jorge Manuel, toda la herencia que pudiera recibir de sus progenitores.
A cambio puso como condición que su padre construyera un monumento de Semana Santa para el convento. Parece que falleció en Toledo entre 1640-49. Se agota en este nieto del Greco, la línea del primer varón. En 1617 muere la primera mujer, de Jorge Manuel, a los 36 años.
Se casa en segundas nupcias con Gregoria de Guzmán, nacida en Madrid en 1598-99, hija de Juan García Camino, boticario y de Magdalena de Guzmán de quien tomó su apellido.
Era viuda de Carlos Giles que aporta un hijo, Tomás, al nuevo matrimonio, del que nacen Claudia (1622), María (1627) bautizada en Santo Tomé, y Jorge (1629), falleciendo Gregoria a consecuencias del parto. A los ocho meses Jorge Manuel, se vuelve a casar (1630), con Isabel de Villegas, nacida en Toledo en 1631, hija de un boticario de Zocodover.
Al parecer, llevó al matrimonio una hija, Isabel (1629). Con esta nueva esposa tiene una hija llamada Jerónima Theotocopuli (1630), bautizada en la iglesia de San Andrés el 26 de octubre, último vástago de la familia que mantiene el apellido de su abuelo y su padre.
Tomó este nombre en recuerdo de su abuela paterna.
Al haber sido aparejador del Alcázar, su viuda pidió amparo al rey, solicitando la pensión que correspondía a los «criados» o funcionarios de la Casa Real, para ella y su hija Jerónima, olvidándose de sus dos hijastras Claudia y María.
Ambas huérfanas conseguirían esta pensión de dos reales diarios, merced a la intervención de Catalina de los Morales, cuñada de Jorge Manuel. En 1637, estaban viviendo en Madrid con un pariente lejano caballero de la Orden de San Juan que reclamaba la pensión de las niñas.
María murió joven. Claudia hizo testamento y moriría en Madrid en 1662. Isabel, se debió casar de nuevo hacia 1658, posiblemente en Madrid, con Antonio Ruiz Escobar que quizá falleciera en 1670. Jerónima Theotocopuli, se casó en primeras nupcias con Miguel Fernández de Segovia natural de Madrid, boticario, con el que tuvo tres hijos, María Francisca, Miguel e Isidro, presumiblemente nacieron en Madrid.
En 1658, murió su marido y en ese año concertó un nuevo matrimonio con don Alonso de Frías, abogado, que en 1664 fue nombrado Alcalde Mayor de Plasencia, donde les nació en 1667 un hijo, llamado Fernando de Frías y Santos. Algunos de los hijos del primer matrimonio fueron recogidos por Isabel Villegas, viviendo en Madrid. Alonso de Frías murió en Madrid en 1673, pobre, tras de haber gozado una buena posición y dilapidar el capital.
Doña Jerónima, su esposa, le sobrevivió veinte años, muriendo en 1693, tras de hacer una declaración de pobreza en su parroquia madrileña de San Sebastián, y pedir que fuera enterrada de limosna. Así perdemos la pista de sus descendientes. Gabriel que tomó el apellido de su madre y profesó como agustino. Jorge hijo de Gregoria murió con ocho meses. Desaparecen así los hijos varones de Jorge Manuel.
Quedaron de esta su segunda esposa, Claudia y María de apellido Guzmán, que alguna pudo haber contraído matrimonio y continuar sus líneas, pero lo desconocemos. Jerónima hija del tercer matrimonio, sabemos que fue la última en llevar el apellido Theotocopuli. Tuvo en su primer matrimonio a María Francisca, Miguel e Isidro, que pudieron continuar la familia en Madrid.
Del segundo matrimonio nació Fernando de Frías y Santos, que también pudo haberse casado y continuar. Todos bisnietos del Greco, cuya existencia conocemos gracias a los trabajos de García Rey, San Román, Marías, Astrana Marín y Mercedes Agulló , perdiéndose la pista de todos ellos en Madrid a finales del siglo XVII, respondiendo a los apellidos Frías y Santos, Fernández Segovia y Guzmán.
VENTURA LEBLIC GARCÍA Académico Numerariohttps://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2016/06/10.-Aproximaci%C3%B3n-a-una-genealog%C3%ADa-de-El-Greco-por-Ventura-Leblic-Garc%C3%ADa.pdfSi te ha gustado este artículo, por favor, dale a "Me Gusta"
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