Realmente espero que hayan disfrutado el corto de Alejandro Torriggino, “San Antonio”. Todavía no sé cómo le fue en Mar del Plata, pero estoy seguro que debe haber sido una experiencia única, y desde aquí puse mi granito de arena publicando su trabajo, que me toca mucho y que disfruto aún más. ¿Compartimos algunas cosas?
1-Ayer escuchaba en Radio Metro (95.1) el programa de Seba Wainraich, “Metro y medio”, que los lunes tiene una sección que se títula ‘Una historia de película’, o algo por el estilo. Los oyentes llaman y cuentan alguna experiencia que podría funcionar como un largometraje. ¿El premio? Vino. Yo la verdad que no tomo mucho vino, pero la historia que comienza hoy en mi vida y abarca las próximas dos semanas, repleta de entregas, trabajos, obras de teatro, conciertos y exámenes decisivos, tiene –con sus encuentros y desencuentros, con sus contratiempos y decisiones importantes- algo de ‘una historia de película’. De hecho, hasta podría comenzarse desde el fin de semana pasado, donde se encuentran momentos de alto impacto dramático (si son bien manejados, claro). El punto de esto es, como siempre, la extrema ‘reflexibilidad’ que a veces me caracteriza y que me hace pensar, de momento, en que “no voy a llegar”. Eso no significa que no vaya a intentarlo.
2- Cine. Por fin pude ver completa “Magnolia”. Creo que es excelente, y al momento de terminarla atiné a definirla como un “clímax suspendido”. Si me pongo a escribir ahora, esto se vuelve interminable. Sólo volver a decir (si es que ya lo escribí, si es que lo pienso siempre, si es que lo hablé con alguien) que Paul Thomas Anderson es uno de los mejores narradores del cine actual. Con todo su cine, pero hoy con “Magnolia”. ¿Por qué?
-Porque es arriesgado,
-porque es desmedido,
-porque es agresivo en el lenguaje pero nunca insensible ante las situaciones dramáticas que plantea.
-Porque conoce a sus personajes a la perfección, y los deja ser, con sus virtudes y defectos; y los acompaña, incluso permitiéndoles ‘cantar’ lo que sienten.
-Porque su cámara, que no es técnicamente excesiva, no descansa nunca. Siempre acercándose al personaje, siempre rodeándolo; a mayor velocidad a menor velocidad. Su cámara desafía a los personajes, poniéndose en frente de ellos sin mirarlos a los ojos –pero casi-, y de este modo, también nos desafía a nosotros (espectadores).
-Porque cree en el poder de un primer plano,
-porque cree como pocos en el poder de una historia y, por lo tanto, en el poder de muchas historias. Para P.T.A no sirve “menos es más”, tampoco “más siempre será mejor que menos por una razón ‘x’”. Es simple: para él “más” es lo único que existe; y el “todo” y el “siempre” son dos de sus mejores amigos.
-Porque no le importa nada y, por lo tanto, hace lo que se le da la gana.
3- Más Cine, Otro Cine. Me encuentro cada vez más seguido, a la madrugada, frente al televisor, averiguando qué película van a dar en CityVibe o en CityMix. Acto seguido: me encuentro viendo alguna. Siempre son películas que si no son directamente malas, están muy cerca. Siguiendo los lineamientos del libro del guión de Sydfield, son films que pasados los primeros diez minutos no me despiertan ni el más mínimo interés. Aún así, los miro enteritos. La explicación a esto, en parte lógica y en parte vergonzosa, tiene que ver con algunas actrices femeninas jóvenes. Ninguna que haya mencionado en aquel especial sobre estrellas adolescentes (y un poquito más grandes), son mujeres que no aborrezco como actrices, pero tampoco admiro. No iría a ver una película al cine por ellas, pero en televisión, como las considero bellas (y sexys…hay que leer a Porta Fouz en Hipercrítico, que nos cuenta acerca de las mujeres que lo vuelven loco) y, dentro de todo, las respeto, veo estos films en los que juegan roles cruciales. Lo que si es coincidencia, es que son todas películas que tienden al género terror, en principio desde algunos elementos misteriosos de intriga, y en casos más extremos directamente al gore más sangriento. Tengo que creer que son películas que no conoce casi nadie. ¿Me equivoco?
3.1- “The Midnight Meat Train” tiene como presencia femenina predominante a Leslie Bibb. Algunos la conocerán por haber generado unos breves instantes de felicidad en esa cosa horrible que es “Sex & Death 101” (aquí mi crítica); otros recordarán su aparición como una reportera (sexy) en “Iron Man”; los amantes de la comedia quizá la hayan puesto en un pedestal por ser una de las dos diosas de “Talladega Nights” (la otra era Amy Adams…aquí está mi crítica). En este film de horror de alta factura, que trata sobre un tren en el que se asesina a mucha gente y un fotógrafo que se obsesiona demasiado con la cuestión, Leslie carga con una importante dosis de dramatismo y cumple. También está Bradley Cooper, hay bienvenidos aportes de Roger Bart (desinteresado) y Brooke Shields (también, muy sexy) y, como sorpresa en el género, se hace un gran uso del británico y enorme –en tamaño- Vinnie Jones. Creo que es una película que hay que ver, principalmente porque el director Ryuhei Kitamura tiene un ojo muy divertido e ingenioso para la puesta en escena de las diferentes muertes, y esto va más allá de inventar una “nueva forma para matar a cada persona”. Por lo demás, en la película la repetición es constante. Es un hecho que viene desde el guión y le quita interés a ciertos momentos de persecución que, en vez de tener suspenso o mostrar algo de tensión, directamente son revelados –casi anticipados digamos- y nunca pasan de la corrección y el preciosismo que tiene el tratamiento de la imagen. Entiendo que esto (que no veo como algo negativo) tiene que ver, repito, con la alta factura de la película. De presupuesto muy alto y de importantes compañías encargadas de la producción, “The Midnight Meat Train” tuvo un estreno limitado y una recaudación bastante pobre. Aún así, tiene unas secuencias finales que pueden volverse inolvidables.
3.2- Amber Heard, que crece a base de fuertes roles independientes varios (aquí mi comentario sobre “The Joneses”) y que fue la escasa luz del fracaso televisivo “Hidden Palms”, protagoniza “All the boys love Mandy Lane”. Ya es una película vieja, de 2006, de Jonathan Levine. Un raro experimento de género en el que se combinan el estereotipo adolescente más burdo con un intento de verdadero misterio; de ese que es perturbador y realmente incierto, y molesta para bien. El film cuenta la historia de Mandy Lane; la chica más deseada del colegio que se va con unos amigos a pasar un fin de semana en una estancia…y bueno, cosas extrañas comienzan a suceder. Los actores están bien elegidos (resaltan, interpretativamente, Heard y Anson Mouth) y la película abusa un poco de ciertos recursos (en la estética visual en general y en lo narrativo con el uso de ‘flashbacks’) y alarga demasiado algunas escenas. Un experimento al fin, que tiene un pequeño número de hallazgos (hay un más que satisfactorio uso de las locaciones, especialmente de exteriores) y que sinceramente termina siendo confuso, porque se apoya tanto en la situación de misterio y los personajes que cuando al final hace un claro intento de dramatismo, el giro es básicamente ridículo. Si les gusta más, patético. De producción no tan costosa, la película también tuvo estreno limitado y una recaudación bastante pobre.
3.3- Hayden Pannetiere. Siempre divina en la serie “Heroes”; con mucha personalidad y sensualidad en “Raising Helen” (aquí mi crítica); sólo con mucha personalidad en la infantil “Racing Stripes” (esa en la que Frankie Muniz hacía la voz de una cebra); lo único rescatable de la aún más infantil “Joe Somebody”. ¿Sólo yo veo estas películas? Por ella busco en Movie City “I love you, Beth Cooper”; por ella quizá consiga una cosa rara llamada “Shanghai Kiss”. Claro, por ella también me topé con “The Good Student”, de David Ostry. También de 2006, es el relato del secuestro de una bella adolescente (Panettiere, exacto) y de las sospechas que caen sobre el profesor Gibb (excelente interpretación de Tim Daly), que estaba enamorado de ella. Hay un intento de suspenso, hay un elemento también perturbador, pero todo es bastante inocente pues también hay comedia y una que otra válida reflexión de las relaciones humanas (buenos papeles también de un exagerado William Sadler y la joven Sarah Steele; muy pícara…Dan Hedaya, casi lo olvido, está completamente desperdiciado). Al final del día la película parece centrarse más en la vida del peculiar protagonista y los dilemas que lo rodean. Así y todo, la película logra sostener una duda durante todo el relato. Y sí, mientras está secuestrada, a Hayden Pannetiere se la extraña. Los datos dicen que el film fue directo a DVD.
3.4- “What Goes Up” debe contener la actuación menos comercial y más arriesgada de Hilary Duff. Siempre se la vio en películas de Disney y/o vehículos donde sus canciones se escuchaban de forma omnipresente. Ninguna de esas películas es realmente buena. “What Goes Up” tampoco llega a serlo, pero marca un cambio en su carrera que le recuerda al espectador que Duff sabe actuar y que nadie tiene que andar regalándole nada. El film lo vi ya hace tiempo. Es reciente, es la ópera prima de Jonathan Glatzer sobre un periodista que llega a un pueblito que está viviendo tiempos intensos y termina convirtiéndose en una suerte de referente del lugar. Es una experiencia interesante de ver…por la construcción del pueblo en el que se desarrolla, por momentos visuales que únicamente con la imagen dicen muchas cosas, por situaciones directamente bizarras, por la precisión en el uso de la música. Si bien todo parece muy ‘armadito’, muy ‘cine indie’, muy ‘ya lo vi antes’, el elenco es –dentro del marco independiente- “de lujo”: Steve Coogan, Molly Shannon; y dos actores jovenes que sólo con una mirada dan señales de algún tipo de trastorno: Olivia Thirlby y Josh Peck. A decir verdad, todos los personajes atrapan desde algún lado y, aunque no hay tanta sangre, la película tiene una clara dosis de (turbio) misterio que mantiene al espectador colgado, interesado por razones que no se pueden especificar. Este tipo de construcción dramática parece tener más efecto en mí que otras cosas aún más ‘armaditas’ como, por ejemplo, “Snow Angels” de David Gordon Green. Había algo allí que me molestaba. En fin. La historia de “What Goes Up” no cierra de manera concreta. Se entiende que gran parte del relato tiene que ver con deambular, divagar, pero aún así el final no deja una impresión satisfactoria. Lo que se vuelve irrefutable es que Hilary Duff se convierte, por mérito propio, en el centro de atracción de la película. Con sonrisas, insinuaciones, y una mezcla de pretendida inocencia y natural sensualidad, la actriz nos tiene siempre esperando su próximo segundo en pantalla. ¿No me creen?
3.5- Laura Breckenridge es una buena actriz. Lo sé por su participación explosiva en “Gossip Girl”. En tres capítulos derrumbó todo. Y es ella sola, solita, quien carga con “Hit and Run”. La película, un estreno directo a video que incluye suspenso y muerte (chica que cree atropellar a alguien y ese alguien sale a perseguirla y la quiere matar, o algo así), es un desastre. No, no hay que verla pero siempre es muy raro ver a personas dando todo en proyectos que son nada.
3.6- Rose Byrne es una muy buena actriz. Lo sé porque es la Gemma de una gema australiana llamada “The Rage in Placid Lake”; lo sé porque es la oscuridad luminosa de “Wicker Park”, un film que hay que reivindicar. En “Just Buried” comparte protagonismo con el extraño actor Jay Baruchel. Sí, una vez más hay muertes pero no tanto misterio (chico que hereda una funeraria y la única manera que encuentra de empezar a ganar clientes es matando gente con la ayuda de una forense). El film es una extraña comedia de humor negro, como sus personajes. Si no fuera tan rebuscada o exagerada en ciertos pasajes sería una pieza más que recomendable.
3.7- Natalia Verbeke es una gran actriz, y hermosa también, y sexy. “Arritmia” es una horrible película. Y fea. Y distante, excepto cuando está ella. Pero esta no hay que verla.
4-Cine en el cine. Por alguna razón no sabía que Steven Seagal formaba parte del elenco de “Machete”. Creo que ahora voy a ir a ver la película.
5-No sé si sería un mejor mundo cinematográfico si todos hicieran absolutamente lo que tienen ganas. No todos saben qué filmar de esa manera (bajo esos parámetros de total libertad); menos saben cómo contarlo. A algunos directores les agradecemos el riesgo pero también hacemos reproches. Les reconocemos aciertos pero a la vez les pedimos que se calmen. A Paul Thomas Anderson el exceso le sienta bien. Seguramente no es el único, pero es uno de los directores más consistentes en este aspecto. Además, para ser tan excesivo, filma poco. Es una sabia decisión. Hoy el cine nos permite tanto; parece todo tan fácil. Que un director naturalmente excesivo no abuse de esta cuestión básica lo hace aún más admirable.
6-Estoy debiendo un especial sobre tres películas argentinas. Falta poco para que vea la luz.
7-Me pierdo en el estudio, pero respondo todos los comentarios!
Saludos Sospechosos!