Revista Educación

Apuntes de un parado (9): Descartada

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Apuntes de un parado (9): Descartada

Mi amiga Patricia lleva casi dos años sin trabajo. Más cerca de los cuarenta que de los treinta, siempre me dice que no la educaron para quedarse en paro. Se siente culpable e inútil, dos adjetivos que van fatal para la autoestima.

Ayer, desesperada, se fue a un casting para un desfile de peluquería. 50 euros por cuatro horas de trabajo…si te cogen. El peluquero tocó, palpó, revolvió el pelo del resto de candidatas. A ella ni se le acercó. Así que Patricia salió del salón de belleza/estilismo/peluquería/imagen con la cabeza alta aunque a medida que cogía el autobús de vuelta a su casa fue hincando cada vez más y más su mirada en el suelo.

“¿Qué necesidad tengo de esto?”, me dijo cuando la llamé. La dejé mal, tocada. Se había quedado sin 50 euros y, encima, había gastado el billete de ida y vuelta al dichoso casting. Patricia intentó echarle humor. Le contó a su marido la anécdota con mucha gracia. El peluquero eligió a una rubia con cara, cuerpo y pelazo como crin de caballo encabritado. Su marido se rió, aunque una vez en la cama, vio que a Patricia, con la mirada fija en el techo, se le deslizaba una lágrima por la mejilla. “No lo pienses más, mañana será otro día y verás como sale algo”, la consoló.

Pero a Patricia ayer se le había atragantado el peluquero y todas las veces que había oído y leído ‘Descartada’ y pensaba: “¿Mañana será otro día o será el mismo?”


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