Revista Economía
Hoy que tres economistas han recibido el premio Nobel por sus estudios sobre algunas de las causas del desempleo es buen momento para algunas reflexiones en torno al tema.
Poco de lo que voy a escribir en esta entrada serán argumentos sobre cómo mejorar el nivel de empleo. Intentaré únicamente ilustrar alguna reflexión para llevar mejor el debate.
Empezaré por el argumento más envenenado que se empieza a oír en España, y que se refiere a los inmigrantes. Si hay tanto paro es que sobran inmigrantes viene a decirse.
Podríamos hablar de la aportación de los inmigrantes al dinamismo y crecimiento de la economía española, de que el número de emprendedores entre ellos es mayor que la media nacional, que usan menos los servicios públicos,… pero nada de eso hará mella en quienes mantienen una posición más extrema (y quiero entender que extrema porque de verdad piensen que sí, que gracias, pero que ahora hace falta que se vayan para resolver el problema del desempleo y no que haya motivos xenófobos o racistas).
La reflexión es la siguiente: imagínese que España logra hacer desaparecer físicamente a los cuatro millones de parados, ¿se habrá resuelto el tema de nuestro paro crónico? No creo que nadie piense eso. En el momento de su desaparición, dejaríamos de tener paro, pero en pocos años la estructura del mercado de trabajo, que no habrá cambiado, nos habrá abocado a tasas de desempleo semejantes a las que hemos vivido en las dos últimas décadas, Un 8-10% en épocas de bonanza y un 20% en épocas de crisis.
EEUU recibe millones de inmigrantes al año y su nivel de desempleo no aumenta. Lo mismo le pasó a España antes de la crisis. Un país no tiene un número de puestos de trabajo fijos, sino que este número depende de la población, de su laboriosidad, de la organización del mercado laboral y de las preferencias en cuanto a cómo, cuanto y dónde trabajar, entre otras cosas. Echa al 10% de la población del país y echarás el 10% de los puestos de trabajo.
Seguiré en otra entrada con otros argumentos con su propio veneno.