Después de tantos años, más de 20 en primera figura y más de 25 de carrera, salió Ponce a la plaza como si de un novillero en busca de su oportunidad se tratase.
Nos guste o no las estadísticas están ahí, Enrique Ponce es uno de los mejores toreros de la historia y nada tiene ya que demostrar.
Esta año había decidido quedarse fuera de la Feria de Julio, por la lesión de Manzanares se le pidió acudir “al rescate” y en un gesto que le honra aceptó.
Vaya si aceptó, pasan los años pero en Ponce parece que no, vino al mano a mano a no dejarse ganar la partida. ¿Qué Morante es el mejor capotero del momento? Pues salió Enrique con un capote más pequeño que en lo que en él es habitual y desde el primer lance se estiró a la verónica con gusto. Recital capotero el de Ponce ayer por hondura, sentimiento y variedad.
¿Qué Morante me hace en un quite por chicuelinas?... pues espérate que yo las replico y bajando la mano aún más…
La faena al tercero, su segundo toro, fue toda una lección magistral. Se sacó el toro a los medios como hacía años que no le veía, mano bajísima. Después toda una tauromaquia, cambiando su repertorio habitual y queriendo innovar. Os lo digo de verdad, acabé con los pelos de punta de la emoción.
Eso es lo que esperamos de una gran figura, que tire del carro y que salga a reventar cada tarde. Podían seguir su ejemplo las nuevas figuritas, esas que no han matado ni la mitad de encastes que Enrique en toda su carrera, esas que tocándole a ellos tirar del carro rehúyen las tardes de compromiso, las que siendo las supuestas máximas figuras no quieren asumir mas que los retos justos…
Lo dicho,el sábado viendo la disposición de Ponce en el tercero me emocioné y cuando estando incluso lesionado de una pierna tiró de amor propio para no dejarse ganar la batalla capotera con el mismísimo Morante de la Puebla estuve apuntito de llorar….