Hasta que en un momento dejamos de ser niños, no se cuando, ni como, pero los años pasaron, el colegio, los juegos y la vida se encargó de enamorarnos, de hacernos profesionales y llenarnos de bienevenidas y despedidas. Miro fotos en que saltaba para prender el interruptor de la luz y otras en brazo de mis abuelos, a la vez hace unos días veo los ojos del hijo recién nacido de una amiga que mira a su madre como si fuera el sol... en medio de los ciclos no sabemos más de lo que somos ni lo que seremos... mientras vamos poblando historias que pierden dramatismo en el tiempo. Mientras una amiga parte por unos días a Buenos Aires y su hija cuenta con sus deditos los días del regreso, para ella cinco dedos es mucho... y mientras escribo ésto trabajo localizando dieciocho mil direcciones de la ciudad de Santiago... y esas dieciocho mil son menos dolorosas que esos cinco deditos de la mano esperando el regreso de la madre.
Los mundos aunque distintos son iguales, tenemos las mismas esperas, ilusiones, sinsabores y emociones... por mucho que se diga que las vidas en oriente y occidente sean distintas, esta breve pasada por el cine indio me ha demostrado que sentimos el mismo amor, las mismas injusticias y masacres parecidas... La India como subcontinente colorido ha entregado al mundo la honestidad de su modo de ver la vida.
Apu (Soumitra Chatterjee), quedó sólo en Aparajito, su madre murió sola esperando el tren que traería de vuelta a su hijo de Calcuta. El niño que vimos en Pather Panchali que vió morir a la abuela, su hermana, su padre y su madre, se ha titulado en ciencias se ha convertido en su hogar mientras busca trabajo y termina su posgrado. Mientras su novela comienza a tomar curso... en realidad la novela es su propia vida y que espera publicar alguna vez. Pese a todo Calcuta es un lugar sólo para él, sin familia solo queda seguir creciendo, hasta que en algún momento se reencuentra con su amigo Pulu (Swapan Mukherjee) quien entre conversaciones del pasado y del futuro le pregunta a Apu... en qué momento tendrá una pareja. No había pensado en eso Apu... y Pulu le pide que lo acompañe a su pueblo al matrimonio de su prima Aparna (Sharmila Tagore)
Una vez más el tren es el protagonista estable de esta trilogía, ahora camino a Khulna los sonidos del viaje llegan a los preparativos de la boda india, donde conoce a Aparna y la familia de Pulu, como si fuese uno más de la familia es recibido con cariño. El día de la boda todo está preparado en un carro llega el novio con un problema palpable por todos, tiene serios problemas mentales. El matrimonio ya estaba convenido así que según el padre debía realizarse pero la madre de Aparna se niega a casar a su hija con un perturbado mental. Según la tradición la novia tiene su hora señalada en el destino para casarse, si no lo hace quedará soltera para toda la vida, lo que para ellos (como para algunos por acá) es una maldición. El único soltero que anda cerca es... Apurba Roy... es decir Apu... y pese a los problemas el tren de que regresa de Khulna a Calcuta trae de regreso a Apu con su esposa Aparna.
No es fácil la vida de casados... muchos me lo han contado, y en el caso de Apu y Aparna en que el matrimonio fue más por las causas y azares que por amor, las cosas no tienen menos fricciones. Pero también la estabilidad para Apu, comienza a trabajar en una oficina y la atención de Aparna le ha cautivado. Ambos están enamorados y la vida se encarga de premiar los hermosos momentos que vemos en el humilde departamento de Calcuta con un hijo. Aparna está embarazada y dichosa de que la suerte los ha acompañado. Mientras Apu debe seguir trabajando Aparna decide regresar a la casa de sus padres para estar acompañada por su familia en éstos momentos de delicado cuidad y de extremada sensibilidad. Apu mientras sigue trabajando en Calcuta esperando el día del regreso a Khulna con Aparna y Kaajal su primogénito.
Un día llega el hermano de Aparna llorando hasta el departamento, el hijo ha nacido Apu es padre... pero también es viudo porque Aparna falleció en el parto... no puede ser que la maldición continúe, ya ha despedido hermanos padres y ahora a su esposa... y todo por culpa de un hijo... es lo que piensa Apu, mientras vive sus horas más oscuras, no tiene la fuerza ni el valor para conocer al niño que asesinó su amor, ya nada importa su novela la destruyó, sus sueños no tienen valor y la soledad que antes amaba ahora se vuelve una espina en la conciencia... ya no hay pasado ni futuro el presente es cada paso que se toma y hace que perderse en la niebla sea mejor que afrontar la vida. La dura vida de Apu no termina de castigarlo una y otra vez... de ese manantial que los pobres y desdichados deben beber para salir de la depresión es de donde Apu debe volver a retomar las fuerzas para afrontar la verdad.
El cine indio que he presentado en Abril fue una llave que abrío Satyajit Ray para occidente y que nos ha bañado de historias de Mira Nair, Deepa Mehta, Yasis Chopra, Ritwik Ghatak y el cine de Bollywood que no conocemos, de fiestas de matrimonios, del sonido del citar, de las mujeres vestidas de saris coloridos, de los trenes, los ríos, los elefantes, de hindúes, siks y musulmanes; de canciones con voces comunes y coreografías de fantasía. Pero también la India que casa a niñas con ancianos, que estuvo al borde del exterminio después de la independencia, la India pobre que duerme en la calle, la discriminada, la vecina de la muerte... esa India tan latinoamericana en sus colores, olores y dolores... en su mensaje y en sus sueños... espero encontrarla pronto mejor de lo que es, para que nos siga enseñando lo importante de ser.
Saludos a todos
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Apu Sansar en Wikipedia
4.- Trailer de la película