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Aquaman, Aquaplof...

Publicado el 20 diciembre 2018 por La Henryteca @LaHenryteca
Por Victor Fernández

El Universo DC lleva años intentando seguir los pasos agigantados que su competidora Marvel ha ido dando, con sus progresivos superhéroes y crossover entre ellos, pero siempre dejando la sensación de seguir siendo la oveja negra del rebaño. Desde que Christopher Nolan realizase la aclamada trilogía de El Caballero Oscuro (aun no perteneciendo al Universo de DC Comics, como productora), los superhéroes de DC no han conseguido levantar cabeza y aunar, de nuevo, a público y crítica, en cuanto a comentarios positivos se refiere. 


Aquaman, Aquaplof...
Por ello, la apuesta de este año viene acompañada, como siempre, de una cierta esperanza por ver un resurgir en todos sus sentidos. Para ello, han contado como aliciente, ni más ni menos, que, con el reputado director de cine de terror, James Wan (Expediente Warren, Insidious, Saw…), tras las cámaras. Sin duda, algo que ya despierta un poco la atención, al menos de aquellos que hayan seguido de cerca la trayectoria de un director de género tan interesante como él.
Tras un rápido inicio, que nos sitúa en la creación y nacimiento de Aquaman (ese encuentro fortuito entre sus padres, un farero y la reina de Atlantis, su amor secreto…), la película ya comienza a antojarse extraña. Se nos presenta un filme que en sus primeros 10 minutos parece mezclar una serie de géneros que no dejan claro que tono va a tomar la película, y así continúa ya hasta el final. La mezcla de géneros, por supuesto, nunca es mala (puede ser todo lo contrario, todo un triunfo), pero la poca habilidad que muestra Wan, a la hora de compaginarlos en este filme, denota uno de los puntos más débiles de la nueva obra de DC.
Aquaman, Aquaplof...
Casi como si de una película de terror se tratase, Wan inicia los primeros compases, los primeros planos, para pasar rápidamente a una comedia, después a una de amor cursi y por último a una de acción con coreografías bastante mejorables (que recuerdan demasiado a Matrix). Y como antes comentaba, así será ya durante todo el filme, para nuestra desgracia.

Aquaman venía ya con la marca de ser un superhéroe no del todo muy bien acogido o, al menos, no muy tomado en serio. Esa mezcla de fantasía y mitología clásica, a lo Thor bajo el mar, nunca fue tratada, por la mayoría de los aficionados, con el mismo entusiasmo. Es, por así decirlo, un superhéroe menor. Estas dos cosas juntas, el no tomarse muy en serio, y el ser un personaje, en sí mismo, menor dentro del universo super-heroico, lo tenía todo para provocar una película que adquiriese un tono propio, y que ella misma no se tomase del todo en serio. 


Aquaman, Aquaplof...

Así, como pasa con Ant-Man o Deadpool en Marvel, muy llevado al extremo, quizá lo que DC se tenía que haber planteado con su Aquaman es provocar casi una parodia de su propio mundo. Y no es dicho de manera gratuita, sino porque la propia película alcanza sus mejores momentos cuando se toma a risa a su propio personaje y a todo lo que le rodea. La trama es ya de por sí bastante superficial, al igual que sus personajes y sucesos (todo parece pasar porque sí, porque la película debe avanzar), como para que en determinados momentos se pongan serios, cursis o incluso intensos. Y, por desgracia, son demasiados esos momentos a lo largo del metraje.

Uno de los grandes problemas de la película viene por aquí. Al no determinarse como una identidad completamente propia (aunque se separe algo de lo que DC nos tiene acostumbrados), todo se decae y en ningún momento logra interesar en demasía, basandose en un guion es bastante desastroso. Todas las secuencias de acción tienen bastante poco sentido dentro de la trama, así como la aparición de personajes, en general, es de lo más aleatoria y poco trabajada.


Aquaman, Aquaplof...

 El personaje de Amber Heard resulta de lo más espantoso (a la par que ¿machista?). Pues sí, un personaje que parece no haber tenido relación alguna con nuestro Aquaman (un Jason Momoa que no sabe a qué jugar), y que viene para quedarse por arte de magia, convirtiéndose en compañera sin sentido y, sobre todo, en el personaje femenino del que el protagonista debe enamorarse, una vez más, de manera totalmente aleatoria y casi fortuita. Son estos detalles del guion, de los personajes, de las escenas forzadas de amor y dramatismo, lleno de colores arcoíris, y de actores hablando bajo el agua, los que provocan una risa que realmente no sabes si debería estar ahí (sobran las palabras en casi todas las escenas y planos de la parte final del filme).


Aquaman, Aquaplof...

Es una verdadera pena que un director como James Wan, que parece haber demostrado talento en muchas de sus películas, no sepa aquí como trabajar realmente el material que tiene entre manos (mas allá de que ese material no es, que digamos, muy bueno). Pero uno tiene la continua sensación de estar viendo, secuencia tras secuencia, una película distinta, cuyas piezas han sido unidas sin ton ni son en un montaje hipertrofiado. A parte de esto, la película es, visualmente, una sobrecarga de imágenes digitales mal trabajadas (todos esos fondos de la superficie marina, con una fotografía y unas pantallas verdes horribles, son un claro ejemplo). La creación del mundo submarino resulta muy cercano a ese Avatar (James Cameron, 2009) que tanto pudo dar, pero también tanto ha dañado, no solo por ser una mala película, si no por marcar un aspecto en lo digital que tantos filmes han recalcado después. 

Aquaman eleva todo ese cursilismo estético a la enésima potencia, y pasamos de estar viendo una comedia de Adam Sandler, a ver la última de Julia Roberts, Ghost o incluso Mamma Mia, pasando por Los vigilantes de la Playa (esa salida del agua de Jason Momoa y Amber Heard) o un anuncio de Dolce Gabanna (ese final, incluido, que da repelús), todo ello pasado por la batidora de un gran acuario lleno de un mundo que, en realidad, nunca llegamos a conocer bien (porque la película no parece interesarle mucho eso).


Aquaman, Aquaplof...

En definitiva, Aquaman es una película muy floja, que podía haber sido un soplo de aire fresco en el universo DC, pero que se acaba coronando como todo un descalabro, sin pies ni cabeza, donde el mal gusto parece instalarse tanto en el argumento, como en el guion, como en la dirección de Wan y, en general, en el imaginario visual recreado. Quizá, haber visto al personaje en algo más cercano a lo que se le ve en ese bar donde se toma una pinta con su padre, más o menos en el primer tramo de la película, hubiese sido una opción más acertada que todas esas batallas sin argumento que se van sucediendo después. Por desgracia, finalmente, ni es divertida, ni es interesante, ni tampoco novedosa. Es un compendio de intentos de mezclar géneros narrativos distintos, que en ningún momento logran generar una película totalmente propia. Sin duda, toda una oportunidad perdida para este universo que tanto necesita un impulso para renovarse las pilas.
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    • ##check## Lo bueno
      • Las partes donde la propia película no se toma muy en serio a sí misma.
        El intento, aunque no conseguido, de dar otro tono a una película DC.
    • ##times## Lo malo
      • La mezcla de tonos tan mal cuajada, especialmente la cursilería estética, tan sobrecargada, como irritante y fea.
        Las escenas de acción, los personajes, la banda sonora (tan efectista y poco efectiva). 

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    • Ambientación 4.0
      • La ambientación está trabajada, tiene su mundo propio, aunque ese mundo no será del gusto de todos. La cursilería estética, la sobrecarga de imágenes, no del todo bien trabajadas, conforman una ambientación con bastante poca gracia, y más bien oxidada.
    • Desarrollo de Personajes 3.5
      • Los personajes tienen el mismo desarrollo que los de un anuncio de la Lotería de Navidad. Todo es superficial y bastante “tonto”. Se sabe hacia dónde van, y todo es lo más mascado y rutinario posible. Un desarrollo totalmente pobre y poco aprovechado.
    • Argumento / Guión 3.5
      • Al igual que pasa con el desarrollo de personajes, todo es superficial y mal trabajado. Las cosas ocurren por que sí, porque el guion necesita que ocurran en el momento que ellos desean, y por eso nos encontramos con tantas escenas que funcionan mal y no entran bien en el ritmo del filme. Todas las secuencias de acción son, por ejemplo, desastrosas en este sentido.
    • Banda Sonora 2.0
      • Una banda sonora terrible. Tanto el trabajo de sonido, como la banda sonora musical, son de una escasa imaginación tan alarmante, que asusta ver de que manera están utilizadas. Es un constante subrayado que provoca, en muchas ocasiones, la risa.
    • Entretenimiento 4.0
      • Quizá tenga un público al que entretenga para un finde palomitero, o a aquellos que busquen un poco de distracción, pero en realidad tiene tan poco que ofrecer que resulta algo sosa.
    • Montaje / Innovación técnica 3.5
      • Tiene poca innovación. Las secuencias bajo el mar no están mal recreadas, aunque sean muy sobrecargadas. Sin embargo, todas las escenas de exterior están terriblemente ejecutadas a nivel visual. Por su parte, el montaje resulta largo y confuso, aunque da la sensación de partir de un material ya de por sí bastante caótico.
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    • Puntuación Total  4 / 10
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Trailer:

Fuente Imágenes: Warner Bros Pictures España


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