Viendo al actual Atlético de Madrid del “Cholo” Simeone cuesta imaginar que ese equipo no haya sido ni un mínimo habitual en los fastos de la Champions League de los últimos años. Pero lo cierto es que no. El himno de la mejor competición de clubes del mundo no ha sonado a menudo en el Vicente Calderón. Tanto es así que el equipo rojiblanco no disputaba un partido de Champions desde el 8 de diciembre de 2009. En aquel entonces cayó eliminado en la Fase de Grupos queriendo además la historia que aquella clasificación de rebote para la Europa League (Por quedar tercero) le aupase finalmente como Campeón.
Sin embargo, hay un momento reciente (ya no tanto) en la historia del Atleti que se quedó grabado a fuego en el alma de los colchoneros. Fue aquella dichosa eliminación en la Champions del año 1997 frente al Ajax de Louis Van Gaal que agotaba su última campaña antes de firmar por el F.C Barcelona. En esa ocasión, un Atlético crecido, orgulloso, vigente campeón de Liga y Copa en aquel fantástico doblete del año anterior se presentaba en una competición que no cataba desde hacía muchos años con las máximas aspiraciones y sin ponerse límites. Kiko, Esnáider, Caminero, Pantic, Aguilera, Molina… Cualquier atlético sería capaz de recitar aquellas alineaciones de memoria.
Fue una fase de grupos relativamente sencilla quedando líder del suyo por encima incluso del, a la postre Campeón de Europa, Borussia Dortmund. Ello le emparejó en cuartos de final con el Ajax de Amsterdam que venía de quedar segundo en el Grupo A. Y ojo, eran finalistas del año anterior y campeones en 1995. No era, por tanto, partido sencillo. Ni siquiera teniendo en cuenta el esperanzador empate a uno logrado en la ida en el Amsterdam Arena gracias a un tanto de Kiko Narváez o la ausencia de la gran estrella ajacied, Patrick Kluivert, sancionado.
Nunca fue un partido sencillo para el Atlético que, no obstante se vio arropado absolutamente por su afición que abarrotó el Vicente Calderón con 55.000 espectadores. Los veinte primeros minutos fueron un monólogo del Ajax y el Atlético necesitaba de una ayuda de la diosa Fortuna, algo que sacase al equipo de Radomir Antic del apuro inicial. Y fue como no, la gran estrella rojiblanca, Kiko, la que aprovechó un centro desde la banda de Aguilera para abrir el marcador en el minuto 28. Habiendo jugado mejor pero viéndose no obstante con un gol en contra, el equipo holandés pareció bajar los brazos y sufrió lo indecible para llegar al descanso sin encajar ningún gol más.
Todo parecía ir bien pero nada más comenzar la segunda parte Jari Litmanen cuelga un balón al área y Ronald de Boer, libre de marca remata de cabeza, con tanta fuerza que Molina no puede atajar el esférico. A partir de entonces, borrón y cuenta nueva. La eliminatoria se iguala y el partido se convierte en un correcalles entre dos equipos en la cuerda floja, tan cerca y tan lejos de las semifinales. Era el caldo de cultivo de la épica que empezó a fraguarse en el minuto 73. Un reverso de Kiko en el área termina con el gaditano en el suelo y penalti a favor del Atleti decretado por el colegiado suizo Serge Mumenthaler. Por algún motivo, Pantic decide no tirarlo y Esnáider con muy poca fe remata flojo propiciando que Van Der Sar desvié el balón fuera de la portería. Aquello fue el principio del fin. Antic sacó al argentino del campo que se marchó al banco hundido y cabreado a partes iguales.
A diez minutos del final, Van Gaal mueve ficha y toma la decisión que a larga terminará con el Atlético. Dani Carvalho salta al campo en sustitución de un agotado Litmanen. El partido termina y se llega a la prórroga. La tensión se podía cortar con un cuchillo y pasados nueve minutos se produce la tragedia. Nordin Wooter se lanza al suelo y rasca un balón al que, en principio, llegaba Bejbl con tan mala fortuna que el balón dividido le llega a Dani que le pega según le viene con la zurda metiendo un golazo espectacular ante el que nada puede hacer Molina. Como curiosidad, Javier Clemente, entonces Seleccionador nacional, seguía el partido por la Cadena COPE y dijo literalmente: “Un churro como la copa de un pino”. Posteriormente tras ver la repetición, y con su peculiar sentido del humor, no tarda en rectificar, “Un churro por la escuadra”.
Un penalti como una casa de grande cometido por John Veldman permitió al Atlético empatar el partido de penalti cinco minutos después. Esta vez sí lanzó Pantic y anotó sin problemas. Aunque el equipo rojiblanco creyó morir, resultó no estar tan muerto. Sin embargo, no contaba con la suerte aquella noche y pese a cercar la portería de Van der Sar, un sólo rechace permitió al Ajax trenzar un contraataque frente a un Atleti desfondado y que terminó en gol de Babangida. Fue el peor final imaginable. Aquel gol no tenía demasiado protagonismo pero fue la guinda del pastel a un partido y eliminatoria que debió y mereció ganar el Atlético pero que terminó con el sinsabor de la derrota.
Aquel penalti fallado de Esnáider y aquel golazo de Dani sumieron al Atlético de Madrid en once años de oscuridad en Europa en los que le dio tiempo a descender a Segunda División, verse envuelto en escándalos judiciales y unos cuantos sinsabores deportivos. Aquel 19 de marzo de 1997 el himno de la Champions League sonó por último vez para aquella magnífica generación de jugadores, los Molina, Caminero, Vizcaíno, Pantic, Simeone etc…
DAVID ABELLÁN FERNÁNDEZ