Navegando por internet he leído en un escrito la palabra, ya poco frecuente, “albricias”. Y lo que son las cosas, en el mismo momento, en un acto reflejo, me ha venido la frase hecha “¡Albricias y Pan de Madagascar!”. Y esta frase venía con vivencias incluidas.
Mi profesora de “Historia” (no recuerdo su nombre ya, aunque quizás nunca lo supe, porque nos referíamos a ella con un mote que no voy a recordar ahora, porque entre otras cosas nunca se lo mereció) a mediados de los setenta, utilizaba esa expresión cada vez que uno de sus alumnos le sorprendía con una respuesta correcta. Y pensándolo ahora, no la utilizaba todos los días, luego para ella al menos, eran más sus momentos de frustración… al ver la ineptitud del pensamiento de su alumnado en general.
Y bien pensado, “Albricias y Pan de Madagascar” habrán dicho estos días en la Calle de Génova al comprobar que la Presidencia del Gobierno va a ser suya al conseguir, no nos engañemos, esa bajada de pantalones y faldas por parte del PSOE.
Lo que siempre me ha resultado curioso y dada la situación actual, un año esperando para un Gobierno con continuidad, parece de humor negro, que además ahora es el Rey quien tiene que pedir a Mariano Rajoy que se haga cargo del gobierno, como si no lo estuviera deseando y se mostrara remiso.
Déjale a Don Mariano cinco minutos a solas en su nuevo viejo despacho, y al salir ya te da el nombre, por estricto orden alfabético de todos sus ministros a estrenar, y además también tendrá preparados unos bonitos recortes de todo tipo, y que hagan muy felices a esos hombres de negro que siempre vienen de Europa, como si nosotros estuviéramos en África, …¿lo estamos? O simplemente, será lo más seguro, nos van a dejar en taparrabos, que no es lo mismo, pero es igual.