Revista Insólito

Aquellas remotas y fabulosas fábricas de gaseosa

Publicado el 13 septiembre 2023 por Monpalentina @FFroi

Hubo un tiempo en el pasado de nuestras vidas, en el que muchos de los pueblos de nuestra provincia de una cierta importancia por su número de habitantes, disponían cuando menos en su haber industrial de una pequeña fábrica de gaseosas, cuyo producto elaboraban artesanalmente en su mayoría. Y desde cuya ubicación se cubrían las necesidades tanto del propio pueblo como de otros más de la comarca, en cuanto a esta bebida se refiere; que comenzaba a gozar de una gran demanda a nivel particular en los propios domicilios. Y era muy solicitada, de otra parte, en bares y restaurantes; aquí bajo diferentes nombres añadidos, como eran el agua de Seltz, la soda o el sifón.

Aquellas remotas y fabulosas fábricas de gaseosa

Se distribuía el producto en botellas de cristal, que disponían de un tapón especial creado al efecto que cerraba con fuerza la botella para impedir su apertura durante el transporte, pensando en la presión que de por sí ejercía el líquido dentro del recipiente. Y a razón de seis u ocho botellas, dependiendo de la marca de la gaseosa, por cada caja de madera que las contenía.

Todavía recuerdo el regusto dulzón que la fuerza de la gaseosa recién abierta, dejaba en el paladar y la garganta al beberla; porque siempre nos gustaba a los chavales experimentar esa especie de cosquilleo en la boca. En esencia, la gaseosa, como producto, se trata de agua carbonatada a base de ácido carbónico, que se descompone luego en agua y dióxido de carbono, que es el "culpable" de que se generen las típicas burbujas que surgen cuando se agita o se abre de pronto una botella de gaseosa. Y echando una mirada a nuestro pasado reciente, el que más y el que menos tendrá en la memoria, entre otros, nombres tan familiares y cercanos de marcas comerciales con las que se distribuían aquellas gaseosas, como son La Adelina, La Morenilla, La Pitusa, Espumosos Colón, Fuenteclara, La Torrecilla, Prádanos, Gaseosas A. Herrezuelo, Gaseosas Bahillo, entre otros muchos más..., que corresponderían a marcas de gaseosas que se fabricaban en diferentes pueblos de nuestra provincia y también en la propia capital palentina.

Aquellas remotas y fabulosas fábricas de gaseosa

Luego vendrían las marcas de ámbito nacional, que también se comercializarían en nuestra provincia: Konga, La Casera, La Revoltosa, ..., persistiendo o conviviendo durante algún tiempo con las anteriores más locales. Pero ya no era lo mismo, porque se había perdido el sabor tradicional y artesanal, la magia, e incluso hasta el misterio que envolvía a aquellas burbujas que subían rápidas y veloces por el interior de la botella de cristal a poco que se la moviese. Claro, que habría que decir también que en aquellos años la gaseosa gozaba como tal de un gran predicamento y una gran prestancia como bebida refrescante; e incluso en el ámbito social se estilaba una cierta moda en torno a su consumición en bares y restaurantes.

Una gaseosa para cuatro, ¡por favor!, se escuchaba de pronto al fondo del bar...

Eran otros tiempos..., demasiado lejanos ya.

Aquellas remotas y fabulosas fábricas de gaseosa

Volver a la Portada de Logo Paperblog