Aquello que el procés y el post-procés han evidenciado

No hace falta estar muy al día de las noticias que se están dando en este país y en el mundo para saber que el monotema del Procés y post-Procés acapara casi toda la atención y el espacio en los medios y en las redes sociales. Un tema que al margen de ideales e indignación está demostrando una vez más cuatro cosas:

Primera. Se está volviendo a poner de manifiesto esa paradoja que dice que tener mucha información no suele ser sinónimo de estar bien informado, pues el bombardeo constante de información y noticias, casi siempre totalmente subjetivas, lo único que consiguen es desinformar contaminando los hechos reales de la noticia.

Segunda, y en relación a esa paradójica desinformación comentada. El desastroso nivel de la prensa y los medios de este país, los cuales en su mayoría no respetan código deontológico alguno y se pasan la ética periodística por el forro de sus caprichos, demostrando día sí y día también su defensa partidista de lo impuesto por los intereses de la mano que los sustenta y dirige.

Tercera. Que parte de quienes defienden los ideales que han entrado en esta confrontación directa por el Procés y las condenas a los presos políticos catalanes no tiene pudor alguno en difundir y utilizar falsedades en defensa de su causa, en un momento en el que somos fácilmente manipulables, cuando existe esa predisposición en creer lo que nos interesa y la información nos sirve como arma arrojadiza para poner en evidencia a la otra parte, sin que ello quiera decir que la represión, la brutalidad policial y el vandalismo ultra no sea una realidad.

Y cuarta, y más importante. La baja catadura moral de la mayor parte de los políticos españoles, incluyendo bajo esta etiqueta también a los catalanes. Tenemos unos representantes políticos que son una auténtica vergüenza, pues en lugar de portarse como tales se han acabado convirtiendo en verdaderos pirómanos, que lejos de demostrar su voluntad pacificadora y de búsqueda de soluciones se están dedicando a arrojar aún más gasolina al conflicto. Pues que nadie olvide que este conflicto nació del odio de aquellos que usaron Catalunya para sus intereses partidistas e hicieron creer que cual Sodoma o Gomorra bíblicas esta necesitaba ser purificada por el fuego divino del españolismo para el bien de todos, mientras desde Catalunya otros vieron en este conflicto la cortina de humo perfecta para tapar sus miserias y excesos, así como una ocasión para seguir conservando el poder o incrementarlo, aunque con ello tuvieran que pasar por encima o sacrificar a una parte importante de los propios catalanes/as.

MSNoferini