Ante esos abismos donde la vida se queda paralizada
en el pozo de un suspiro y en una sístole asfixiada
En el fondo más oscuro del abandono de todas las fuerzas
transformándose en tu peor enemigo.
En este instante de incertidumbre y
odio desmedido al seno que te trajo a esta vida,
tan lamentablemente injusta. No más.
Una pedrusco áspero atrapado en la garganta
y el padecer del silencio que mata ante no saber.
...así, cuando menos se espera, al tocar fondo,
se hallan las actitudes que revuelcan la desesperación.
Como un soplo de un aire fresco
al desatar la cuerda invisible
junto con el sofoco del último aliento.
En la lágrima de tremendo desconsuelo
encontrándose en las manos de un Ser Humano.
Un Ser Humano igual que tú con su coraza
ante el Dolor y el Perder...
con una promesa, un compromiso
y una llamada que nace desde el Espíritu
y se coloca entre lo animal y lo divino.
Aquél que había nacido a entregar su destino
para defenderte, para protegerte, para salvarte.
Aquellos Guardianes de Luz
que encienden la chispa que se había amortiguado
a cambio, incluso, tantas veces apagando la suya...
Partituras de Runa Blanca, Ingrid Da, 2017