Aquí estoy, no sé si para quedarme. El blog ya no forma parte de mi rutina, pero la blogosfera me sigue teniendo enganchada. Me faltaba inspiración, me faltaba tiempo, se perdió la chispa…pero hoy me ha apetecido escribir.
Octubre ha sido un mes muy difícil para mi. Mis recidivas con el hipertiroidismo me llevaron a tener que tratarme con radioyodo y tener que estar en pseudo-aislamiento durante unos días. Pero lo peor fueron los 21 días sin ver a mis Chiquininis. Con el mayor me reencontré unos días antes porque era más viable mantener con él cierta distancia física; con la niña han sido 21 largos días. He sufrido, he estado muy triste, pero ya pasó.
Sin embargo tengo un regusto amargo. He visto que la vida puede dar sorpresas desagradables y cambiar de un día para otro, y ahora tengo más miedo que nunca a que algo me pueda separar de mis niños, porque contra mi voluntad un muro invisible nos ha separado durante unos cuantos días. No podemos controlarlo todo.
Y cuando este capítulo estaba terminando, me dan la noticia de un ERE en mi empresa, en el que mi Departamento al completo está incluído. 30 días por delante de negociaciones e incertidumbre.
Lo bueno de que haya pasado todo esto a la vez, si es que hay algo bueno, es que se relativiza y se ve lo que verdaderamente en importante.