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Aquí nadie es culpable

Publicado el 11 septiembre 2013 por Jordi Martinez Aznar
Cuando más leo y escucho acerca del Caso Bárcenas, he de reconocer que cada vez estoy más perplejo, por no decir alucinado, por las noticias que van surgiendo sobre el caso. Desgraciadamente no he podido seguirlo al completo, pero de entre lo que he oído y leído he sacado una conclusión que creo que puede ser perfectamente válida: Al parecer, todo quisque es inocente aunque, al parecer, y en el mejor de los casos, todo el mundo estaba metido en el ajo, cuando no ha estado involucrado. Y uno, que puede que no tenga la inteligencia de Einstein, pero que le gusta pensar que tampoco es imbécil, se pregunta cómo es posible que haya habido tanta gente involucrada en un escándalo económico de esta magnitud y nadie sea culpable. Pero tras un rato de barruntar bastante, uno llega a la conclusión de que no es imbécil, sino quizás un poco ingenuo, ya que caigo en la cuenta de que estamos en España, un país lleno de expertos en pasarle el marrón los unos a los otros. Como la funcionaria de Correos a la que unos familiares les tocó en suerte hace unos días. A la hora de enviar un paquete certificado tuvo que repetirlo como dos o tres veces porque se equivocaba, aunque, aunque, según me explicaron, bien pareciera que la culpa la tuvo todo el mundo menos ella. Que si "el sistema está mal", que si "estos nuevos papeles son un lío"... Pues con todo lo que está pasando en el Partido Popular, tres cuartos de lo mismo, aunque en este caso creo que se está utilizando la vieja táctica de hacerse el sueco o el tonto y a ver si la cosa pasa y, si cuela, cuela.
En este hipotético caso, si es cierto, la verdad es que estaréis conmigo en que lo están haciendo de maravilla. Durante semanas se han venido pasando la patata caliente de unos a otros. Con un poco de suerte, en un lapso de tiempo razonable, la patata se enfriará, y para cuando eso pase, nadie podrá ser acusado de nada, porque todo habrá prescrito. Bueno, nadie seria acusado con la excepción de Bárcenas, del cual renegarán todo lo que sea posible, al mismo tiempo que le tildarán de mentiroso como mínimo para así minimizar todo lo que pudiese decir acerca de los miembros del partido. También, con algo más de suerte, para cuando la patata se enfríe, ninguno de los que están actualmente en el Gobierno lo seguirá estando, y entonces harán todo lo posible para no ser imputados con los más diversos argumentos, algunos de los cuales es de suponer que provocarán más de una sonrisa cuando no la risa.
Pero bueno, no quiero dejar este post sin comentar una última posibilidad, y es que nos tomen a todos nosotros, los ciudadanos, por tontos. Desde que comenzó el caso, nos han querido hacer creer que el partido está limpio de polvo y paja, cuando todo parece indicar que no es así. Y no sólo estamos hablando del Caso Bárcenas. Si repasamos la hemeroteca, podemos encontrarnos con innumerables casos de corrupción, tráfico de influencias y un largo etcétera que dejarían a muchos en muy mala posición. Pero, para bien o para mal, en este país nos hemos acostumbrado demasiado al ytumasismo. Cual niños pequeños, cada vez que sale un escándalo a las primeras páginas de los periódicos, no pierden ni un minuto en airear lo que ha hecho el contrario, como si el hecho de que el contrario la haya hecho más gorda te exima de toda responsabilidad, cosa que, por desgracia, creen muchos.
Y lo seguirán creyendo mientras sigan haciendo lo que les dé la gana y no se enjuicie a nadie. A lo largo de estos últimos años he podido leer decenas de noticias acerca de los más variados chanchullos que nos podamos imaginar y aquí no pasa nada. En otros países, miembros de la clase política han dimitido por mucho menos. No hace tanto tiempo, una miembro del partido de Angela Merkel dimitía tras admitir que había plagiado parcialmente su tesis doctoral. Hace un tiempo leía que un parlamentario británico dimitía tras descubrirse que había endosado a su mujer una multa de tráfico por exceso de velocidad. Pero ya sabemos que Spain is different, y aquí no dimite ni Dios. Este mediodía escuchaba en televisión a cierto tertuliano decir que si a ver si Rajoy tenía que dimitir por todos los escándalos del partido. Según he llegado a entender, venía a decir algo así como que no es el responsable de lo que hicieran los demás. Pues mire, quizás no es el responsable directo, pero sí es el responsable máximo, ya que es el líder del partido. Es posible que con su dimisión no se terminen los chanchullos, pero como mínimo debería tomar medidas para que éstos dejasen de pasar o como mínimo para que dejasen de salir en las primeras páginas de todos los periódicos prácticamente todas las semanas.

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