Son cosas del partido popular. Ese partido maravilloso que nunca ha tenido que ver con quienes anteayer eran sus héroes. Es entendible que quieran apartarse para no oler mal, pero eso denota una deslealtad, una traición propia de esta gente. Capaz de cargarse lo que sea y a quién sea con tal de mantenerse en el machito del poder.
Ayer fue Bárcenas. Un desconocido. Apenas había sido, entre gerente y tesorero, un alto cargo del partido durante 27 años. Y, sin embargo, cuando hablan de él, o no le nombran, o simplemente lo tratan como si hubiera pasado por Génova por casualidad.
Pues bien, hoy le toca a Rato. Ya han empezado las declaraciones. Desde Aguirre –esa que siempre presumió de que Rato era su amigo y un político ejemplar, otro más— a Floriano --este magnífico orador pepero cuyos méritos algún día saldrán a la luz—, ya están desembarazándose de Rato. No lo esperaban, fue un magnífico ministro pero…, tiene que dar explicaciones. Y le van alejando del partido como han hecho con “El Peinetas”, haciendo que su ligazón con el partido parezca cada vez más débil.
¿Dónde quedaron esos tiempos en los que Rato era el economista por excelencia, el que nos sacó de la crisis, el autor del milagro económico español de fin de siglo, el personaje más ponderado del PP, después de Aznar?
Hoy Rato es otro apestado, una vez que ha caído y ven que es imposible ayudarle, puesto que pueden terminar en la fosa con él, le abandonan y le ignoran, al igual que han hecho con Bárcenas.
Bueno pues, señores peperos, por si no lo recuerdan, Rato fue portavoz del PP en el Congreso cuando este partido estaba en la oposición, después, ministro de Economía – por cierto, maestro de Montoro—, luego, vicepresidente del gobierno de Aznar, más tarde, uno de los tres candidatos que Aznar eligió para sucederle, posteriormente fue nombrado, a petición del PP, director gerente del FMI, para terminar como Presidente en Caja Madrid y luego Bankia (también nombrado por el PP), donde, como se ha demostrado, desplegó todos sus conocimientos y armas como “economista consumado”.
Un ejemplo de político y economista que ha terminado de hundir a Bankia, continuando con su política de venta de preferentes y sacándola a bolsa con números trucados y falsos, al que se le ha tenido que inyectar 24.000 millones de euros de dinero público, o sea de todos nosotros.
Ahora mismo Rato está imputado por dos cuestiones, la salida a bolsa de Bankia con datos falsos y el uso indebido de las tarjetas black. Es difícil de explicar que se haya librado de la imputación por haber seguido vendiendo preferentes.
Bueno pues hoy sabemos que este personaje detestable recurrió a la amnistía fiscal que proclamó Montoro –justo igual que Bárcenas— y que además es uno de los 705 personajes a los que el fisco está investigando por posible blanqueo de capitales tras acogerse a la famosa amnistía.
Todo ello sin contar que también quedan dudas de los 6,5 millones que recibió del Banco Lazard, en el que trabajó durante menos de un año. Curioso que este banco actuase como asesor de Bankia en su salida a bolsa. ¿Casualidad o…?
Como ven un ejemplo a seguir. Hoy es un juguete roto para el PP, se les ha caído de las manos. ¡Pobrecillos! Con lo que han presumido de Rato. Ahora les toca, destronarle, despedazarle y todo por el bien de unas elecciones próximas. A este, a pesar de haber estado muy cerca del gran pope Mariano, no le mandará ni tan siquiera un SMS para darle ánimos. Y es que no son tiempos para la lírica. En año electoral hasta estos peperos saben que no pueden tener tantas tragaderas. Aunque deberíamos recordar que a Rato nadie se ha atrevido a echarle del Partido Popular. Fue él mismo quién se dio de baja temporalmente y no por su gestión en Bankia, sino por el uso de su tarjeta black. O sea él todavía es militante del PP, aunque esté en excedencia.
En fin, otro episodio más de este partido que ha demostrado sus dos grandes aptitudes: su apego al dinero y al poder (como sea) y su desprecio por la mayoría de los ciudadano en favor de sus amiguetes.
Salud y República